Las granjas del futuro muy diferentes que necesitamos

a gran agricultura se enfrenta a importantes desafíos. La industrialización de la producción de alimentos durante los últimos 70 años ha logrado alimentar con éxito a miles de millones de personas por menos, pero eso ha tenido un gran costo.

Ese costo es para la salud de nuestro clima, suelo, biodiversidad, agua y animales. Incluso ha impactado a la población humana con un aumento exponencial de las enfermedades relacionadas con la dieta. Pero hoy, centrémonos en los hechos sobre el impacto de nuestro sistema alimentario en nuestra sostenibilidad ambiental y social, hablan por sí mismos.

La agricultura es responsable del 30 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo y del 70 por ciento del uso de agua dulce. Hemos sido responsables del 60 por ciento de la deforestación de nuestro planeta y del 40 por ciento de la pérdida de biodiversidad. No podemos continuar por este camino: 10 mil millones de vidas de personas y millones de otras especies dependen de nosotros, la industria alimentaria, para hacer una corrección sustancial del rumbo.

La Comisión de Cambio Climático de Nueva Zelanda está de acuerdo, este mes publicando un informe histórico sobre la descarbonización de nuestra economía. Tiene objetivos audaces, pero agradecemos el desafío, al igual que nuestros agricultores que están bien encaminados, habiendo reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 7 por ciento durante los dos años desde 2018.

Aotearoa tiene un papel que desempeñar

Estamos en mejor forma que en muchas otras partes del mundo, pero nuestra trayectoria sigue siendo motivo de preocupación. Nuestra mentalidad dominante sigue siendo la de perseguir una extracción infinita. Esto es incongruente con la ofrenda finita de Papatuanuku (la madre naturaleza), pero no es demasiado tarde para dar la vuelta a una nueva hoja, para reconstruir el respeto que nuestra biosfera pide tan desesperadamente.

Al hacerlo, abundan las oportunidades económicas. Los consumidores y clientes de todo el mundo están pidiendo a gritos un nuevo enfoque de los alimentos y Nueva Zelanda se encuentra en una posición perfecta para desempeñar un papel importante en el suministro de alimentos sostenibles al mundo. Debemos trabajar juntos para mejorar la reputación de nuestro país como productor responsable y sostenible de alimentos. Aprovechemos el capital natural que aprovechamos, diferenciarnos y crear valor.

Granjas futuras y alimentos futuros

Nos corresponde a todos nosotros en la industria alimentaria repensar cómo cultivamos y procesamos los alimentos. Es imperativo desde la perspectiva de los tres principios de sostenibilidad: ambiental, social y económico. Hacerlo requiere un cambio de mentalidad. La creencia de que se necesita un nuevo enfoque. Para desafiar el status quo. Para restablecer nuestros puntos de referencia. Re-imaginar lo que es posible.

Synlait tiene un sistema de certificación agrícola Lead with Pride que es ampliamente reconocido por estar en la cima de la clasificación mundial, un mandato con el que hemos estado trabajando desde 2014. Sin embargo, en junio de 2018 anunciamos nuestra ambición renovada y reforzada por la sostenibilidad. en nuestra cadena de suministro de principio a fin. Incluye nuestro plan sobre cómo nuestras granjas necesitan transformarse más y más rápido. Continuar elevando el estándar mientras trabajamos hacia nuestro objetivo de construir un sistema agrícola regenerativo aún más resistente.

¿Cómo sería un sistema agrícola en el futuro? Las granjas se asentarían perfectamente dentro de los sistemas naturales. El carbono se extraería de la atmósfera y contribuiría a la salud del suelo. La biodiversidad nutrida aumentaría la productividad agrícola y el agua se limpiaría a medida que se usa. Los sistemas de monocultivo serían reemplazados por sistemas agrícolas regenerativos integrados. La flora y la fauna prosperarían juntas en una simbiosis natural. Los animales serían profundamente respetados y reconocidos como una piedra angular sensible del sistema agrícola. Las comunidades agrícolas, los propietarios de granjas y los trabajadores agrícolas serían más resilientes social y económicamente al trabajar en una industria más diversa y gratificante.  

Ningún país está mejor preparado que el nuestro para hacer frente a este desafío: pasar de una mentalidad de extracción a una de regeneración. Y ser recompensado por ello. Económica, social y medioambientalmente.

Trabajar hacia esta visión es nuestra obsesión. Y lo perseguiremos sin descanso. Hacemos esto porque sabemos que nuestros mokopuna y descendientes que aún no han nacido, esperan más de nosotros. Estamos escuchando ese llamado y aceptándolo.

A medida que Nueva Zelanda pasa de la crisis al modo de recuperación, la necesidad de apoyar a la industria local se ha puesto de relieve.

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