ara viajar hasta el inicio de la botánica, hay que remitirse a la Antigüedad. En este período de la historia se destacaron dos personajes considerados los pioneros de la botánica. Por un lado, Teofrasto, para muchos el padre de esta ciencia, quien fue un filósofo griego que realizó la primera clasificación sistemática de las plantas con sus propiedades medicinales. Por el otro lado, Dioscórides, un médico de la antigua Grecia que estableció la división del reino vegetal en plantas medicinales, alimenticias y venenosas.
En el siglo XVII, el naturalista inglés John Ray identificó 19.000 plantas y las dividió en dos grandes grupos: monocotiledóneas y dicotiledóneas. Asimismo, el jardinero londinense Thomas Fairchild logró la primera variedad de clavelina, mientras que, en los Países Bajos, el investigador y botánico Jan Ingenhousz realizó el gran descubrimiento del proceso de la fotosíntesis.
Durante el Renacimiento se obtuvieron brillantes avances en la materia. Carl von Linné, médico y botánico sueco, creó el sistema binominal utilizado en la actualidad. Básicamente, consiste en la utilización de dos términos para nombrar a las plantas: género (se escribe en mayúscula) y especie (se escribe en minúscula).
Jane Colden fue la primera botánica americana, quien relevó e ilustró más de 300 especies de la flora de Nueva York. En Francia, la botánica Jeanne Baret recolectó más de 6.000 especies. El Solanum baretiae lleva su nombre en reconocimiento a su aporte.
Por su parte, la aristocrática Blanca Catalán descubrió especies en España sin contar con ningún tipo de estudios formales en la materia.