El modelo de Zafrán: cómo desde la trasparencia y el compromiso se puede alcanzar el éxito

afrán es una empresa de snacks saludables que Nito Anello (39) y Charlie Rivero Haedo (39) comenzaron a idear en 2011, cuando se juntaban una vez por semana para darle forma a su proyecto. Con el tiempo, se sumó Diego Salmain (43), quien desde su experiencia ayudó a que la marca ganara reconocimiento a nivel nacional y sea distinguida por su honestidad y deseo de transformar la forma de consumir alimentos.

Durante el proceso de desarrollo de la compañía, Anello y Rivero Haedo analizaron que la mayoría de los productos que se ofrecían en el mercado carecían de propiedades y características para ser considerados “comida”. En vista de ello, se lanzaron a la aventura con una propuesta que aspira a mejorar los hábitos alimenticios de los argentinos.

Inspirados en el modelo de negocios de una firma inglesa, los emprendedores empezaron a vender cajas de snacks de frutos secos a través de suscripciones por internet, aunque a los pocos meses observaron que la iniciativa era demasiado innovadora para alcanzar buenos resultados en nuestro país. La solución fue salir a recorrer kioscos y dietéticas en busca de una sociedad que les permitiera acercarse al público de manera masiva.

Desde siempre, la idea fue mejorar el mundo a través de una propuesta que fomentara un cambio en los hábitos relacionados al consumo de alimentos, con el fin de reducir la incidencia de ciertas enfermedades y generar un impacto positivo sobre el ambiente.

La línea incluye galletitas, barras de cereal, granola, semillas, frutos secos, legumbres y pasas de uva. Todos son elaborados de manera amigable con el planeta, bajo un modelo de producción que respeta la naturaleza, sin el agregado de conservantes, saborizantes o colorantes. Además, los productos no poseen mucha sal, azúcar o grasas. Hay opciones para veganos, celíacos y amantes de los alimentos orgánicos.

Según sus fundadores, el éxito cosechado a lo largo de los años está vinculado a su manera de comunicar y desarrollar la iniciativa. El 100% de la mercadería se produce de manera franca, mostrando los ingredientes que se utilizan en cada una de las etapas de la cadena. Asimismo, Zafrán ganó reconocimiento dentro del mundo de la sustentabilidad al usar envoltorios aptos para compost.

Para hacerle frente a la obesidad infantil, la compañía fomenta el consumo de una línea de galletitas integrales y orgánicas, endulzadas con miel y fruta, que también es fuente de fibra y posee pocos niveles de sodio y grasas saturadas. El objetivo es combatir la enfermedad desde la más temprana infancia y aportar su granito de arena en una lucha que hasta el momento parece perdida: según la reciente Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), cuatro de cada diez chicos tiene sobrepeso.

A su vez, Zafrán trabaja desde 2014 con la Asociación Civil Andar, una organización que aspira a generar oportunidades innovadoras en pos del desarrollo creativo de personas con discapacidad a través del arte, la cultura, el deporte y la salud. Por medio de esta alianza, los socios son “contratados” para cocinar y envasar granolas.

El negocio en números

- Inversión inicial: $20.000

- Facturación anual: $80.000.000

- Puntos de venta: más de 1.000

- Aumento en la facturación (2019-2020): 55%

- Seguidores en Instagram (@zafranok): 38.100