bicado en el barrio porteño de Chacarita, Naranjo es un bar de vinos que se sobrepone a las adversidades y desafía a la pandemia. Platos sencillos, elaboración a la vista y un salón pensado para que se sirvan vinos y tapas cuando la situación sanitaria lo permita. A solo cuatro meses de su apertura, Naranjo Bar cree en su propuesta: comer sencillo y sin vueltas.
En cuanto a la propuesta gastronómica, el bar no trabaja con una carta fija, sino que diseñan la oferta en base a un menú estacional y saludable. Los platos se apoyan en materias primas de calidad como vegetales, aceite de oliva, pescados grasos, carne vacuna de pastura natural y carne de cerdo; todo es libre de gluten y con un mínimo uso de azúcar.
Entre los preferidos del público, se destacan las berenjenas escabechadas o las caballas en conserva casera. Vale destacar que Naranjo también comercializa varios de los productos que utiliza en sus platos.
Respecto a los vinos, la idea fue pensada para todos los bolsillos, ya sea para consumir en el local o llevar a casa. Las etiquetas tienen un rango amplio de precios, siempre privilegiando el vino elaborado de manera natural. En esta línea, Naranjo apunta al público joven que comenzó a tomar vino durante la cuarentena.