l cultivo de pomelo fue uno de los que ganó terreno durante los últimos años en la provincia. Con amplia demanda en el último trimestre, se advierten dos flagelos que aquejan al sector. Por un lado la fumagina, o más conocida como peste negra, que consiste en un hongo que se desarrolla sobre las superficies de hojas y de frutas. Por el otro, y más preocupante, la falta de plantines para mantener la producción.
Según afirmó Víctor Samudio, productor citrícola y referente de la zona de Montecarlo, “en los últimos años se notó un faltante de plantines que pueden provocar un problema para la industria local”.
En diálogo, señaló que en los últimos meses hubo una creciente demanda de la fruta, que despertó el interés de los colonos de la zona por el buen pago que recibe: la tonelada del cítrico en promedio se abona 4.500 pesos.
“Hace ya unos cuatro años que hay mucho interés en el cultivo de pomelo, pero no se consigue, por lo que es necesario trabajar en conseguir esos plantines para mantener en pie una industria que se está consolidando en la región”, advirtió.
En este sentido, sostuvo que Misiones es la única provincia del NEA que aún persiste con la cosecha de pomelos.
Al mismo tiempo, añadió que otro flagelo aqueja a la producción de la región es la contaminación con hongos de las plantas de pomelo, que termina arruinando cargas completas. La peste negra, como se denomina coloquialmente a la fumagina, “termina inhibiendo a la hoja y produciendo una bolitas que atraen a moscas y apuntan a extraer todo el dulzor que tiene la fruta”, explicó Samudio.
Ante este panorama, el productor de Montecarlo solicitó ahondar en políticas públicas para continuar con la actividad productiva. “Hay muchos flagelos que terminan condicionando a la actividad. Una de las que siempre se insiste es en la eliminación de la fumagina, que es algo que siempre dialogamos con el Ministerio del Agro y la Producción, pero tenemos que pulir eso”, razonó.
“Lo mismo -acotó- con el faltante de plantines, ya que muchas de las plantas, una vez que concluyen con su ciclo, no se reponen. En tres años no observamos plantas nuevas, terminan muriendo y, con este panorama que se suma a la enfermedad que afecta a las hojas, en dos años se terminaría agotando la producción terminaríamos como Corrientes, que ya no tiene plantas de pomelo, a excepción de aquellas de carácter doméstico”, comentó.
Por eso, recalcó en la necesidad de profundizar aún más en la producción de este cítrico. En cuanto al presente económico que atraviesa el sector, mencionó que se paga bien y al contado al trabajador rural.
“Hay mucho consumo y demanda de pomelo y la producción citrícola se consolidó como uno de los motores económicos de la zona Norte de la provincia, por lo que advertimos que si no hay plantines, no habrá más producción en el futuro próximo”, aseveró Samudio.
Según datos del Índice de Precios en Origen y Destino (Ipod) de Came, hubo un aumento del 2 por ciento en la diferencia de importes entre lo que paga el consumidor en góndola y lo que recibe el productor por la cosecha.
En este sentido, informó que de los 25 productos relevados por la entidad, 13 registraron aumentos mientras que 12 tuvieron aumentos.
Frutilla, tomate, mandarina y repollo fueron los alimentos donde más se incrementó la desigualdad. Mientras, la berenjena, zapallito y acelga registraron bajas.
En este sentido, precisaron que la naranja, la pera, el limón y la manzana fueron en junio los alimentos con mayor desigualdad en los importes que recibe el productor en campo, mientras que la frutilla, el pollo y la acelga fueron los de menos, repitiéndose el mismo patrón que en mayo en cuanto a los productos con distorsiones más bajas. En promedio, los consumidores pagaron 4,59 veces más de lo que cobró el productor por los alimentos. En mayo fue de 4,5 veces.
El Territorio