El análisis del suelo resulta fundamental para determinar el estado de los nutrientes del mismo y, de esa manera, poder realizar una aplicación adecuada de fertilizantes en un cultivo. Según el último reporte sobre fertilización de la Red de Tecnología Agrícola Aplicada de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el muestreo de suelos aumentó un 16% en el ciclo agrícola 2017/2018, en relación al 10% alcanzado en las tres campañas previas.
De acuerdo al informe, “el muestreo de suelos es una práctica poco extendida en la Argentina. Si se consideran los cultivos bajo estudio, solo un 16% de los productores fertilizó en función de los resultados obtenidos de un análisis de suelo”.
De esa manera, se detalla que la cebada es el cultivo del que se hacen mayor cantidad de muestreos de suelos, alcanzando el 38%; después le siguen la soja (23%) el maíz (20%), el trigo (18%), el girasol (14%) y, por último, el sorgo (3%).
Asimismo, el reporte destaca que “las gramíneas, fundamentalmente el trigo y el maíz, representaron el mayor consumo de fertilizantes: con un valor del 73%, el aporte se mantuvo estable en relación al ciclo previo”, a la vez que agrega que las mismas “concentraron su consumo en fuentes nitrogenadas, urea principalmente”.
Por último, señala que el consumo de fuentes nitrogenadas disminuyó en el caso de las oleaginosas. “En girasol representaron un 27% del volumen total, mientras que en soja no se relevaron cantidades representativas. La nutrición en soja consistió fundamentalmente en el aporte de fósforo y azufre, siendo las fuentes más utilizadas el SPS y SPT. En girasol, la fertilización fosfatada se realizó mayoritariamente con DAP y MAP”, concluye.