Siguen las inversiones en el cultivo y proceso de pistacho

Se suma la ampliación de procesamiento por cuatro de la nuez de parte de la firma Pisté SRL, para agregar valor en la provincia. Ya suman más de 4.000 las hectáreas y hay buenas perspectivas

Siguen las inversiones en el cultivo y proceso de pistacho
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l pistacho en San Juan es el cultivo que más inversiones ha suscitado ya sea en extensión de superficie, o bien adquisición de tecnologías para el agregado de valor. Este es el caso de la empresa Pisté SRL, perteneciente a la familia del arquitecto iraní, nacionalizado "sanjuanino", Marcelo Ighani; quien trajo el cultivo a la Argentina.

"Nosotros permanentemente invertimos en tecnologías necesarias para hace más eficiente el proceso de selección y fraccionamiento del pistacho", comenzó señalando el empresario en su planta de procesamiento en el departamento Rawson.

"Hemos investigado, diseñado y desarrollado una máquina más eficiente y con mayor rendimiento", relató el empresario agregando: "Cuadriplicamos la capacidad de procesamiento respecto de la máquina que teníamos, mediante inversión de tecnología nacional de una empresa mendocina. La metalmecánica Diblasi".

Consultado por el proceso, explicó: "El pistacho llega de nuestras fincas, luego de pasar por una secadora, la humedad del producto es del 4% y lo pasamos por esa máquina a fin de separar los abiertos de los cerrados".

Y agregó: "El abierto, va un proceso de salado y tostado, envasado y finalmente expedido para el mercado como snaks. Al cerrado nosotros lo abrimos y sacamos la pepa, que tiene mucha demanda también. Con esta nueva máquina podemos llegar a procesar 800 a 900 kilogramos por hora. Antes el tope eran unos 200 kilogramos".


Sin techo

"La demanda aún no está satisfecha", indicó Ighani al ser consultado por el consumo de esta nuez y disparó: "En 2019, por ejemplo, a un mes de la cosecha; nos quedamos sin pistachos e incluso con mayoristas sin atender, por lo que consultamos para importar, pero el costo por diferencia de precios relativos internacionales, era tan elevado que desistimos del negocio".

Ahora todo el proceso de agregado de valor desde la cosecha se realiza con tecnologías nacionales en la planta de calle Quiroz, siguiendo las normas de inocuidad alimentaria, para ser luego despachado a las ciudades más importantes del país e incluso el exterior. Brasil, Chile, Bolivia y Uruguay son también países demandantes de la firma Pisté; como así importadores italianos y otras naciones más alejadas también han adquirido, según las condiciones del mercado, esta nuez sanjuanina.

También forman parte de industrias con mucho valor agregado, como lo son la repostería y frigorífica: "La demanda de la pepa del pistacho tiene un crecimiento diario importante, tanto en repostería como la industria del helado, la gastronómica y la elaboración de facturas como la mortadela"; y agregó, "desde Bariloche nos demandan mucho para elaborar chocolatería de alta gama para el turismo"


En crecimiento

El pistacho es un cultivo que se extiende en el Valle de Tulum, "nosotros tenemos cultivadas hasta ahora unas 140 hectáreas propias, con plantas que tienen 22 años y otras de un año de plantación. Desde el primer árbol plantado en 1981 en Carpintería hemos ido creciendo paso a paso".

"Hoy tenemos un nuevo desafío en 25 de Mayo, distinto, los suelos son diferentes pero también productivos. Las mejores condiciones agroecológicas para este cultivo están en Carpintería -por la mayor profundidad y tipo de suelo franco arenoso- la salinidad baja del agua y el clima hacen del lugar un sitio con mayor rendimiento en kilogramos por hectárea", explicó el padre del pistacho en Argentina.

Consultado por los rendimientos, explicó que "en Carpintería tenemos unos rindes promedios por hectárea de hasta 4.500 kilogramos durante los últimos años en las parcelas en plena producción". Y agregó: "En 2020 hubo fincas con problemas muy marcados de bajos rindes no solo por la vecería sino también por cuestiones climáticas al momento de la floración".

"Pero nosotros hemos notado el problema de productores que han plantado una densidad de macho del 6% de plantas por hectáreas que en otros países funciona bien. Pero nuestra propia experiencia nos enseñó a duplicar en nuestros cultivos este porcentaje. Incluso las últimas fincas nuevas de nuestros clientes del invernadero, las estamos plantando con una densidad mayor de machos por hembra, esto es un 17%", aconsejó el productor.

"Esto es fruto de nuestros más de 40 años experiencia en este cultivo, en el que hasta que dejemos la tierra seguiremos aprendiendo sobre este cultivo", sentenció Ighani.


Los números pistacheros

  • 400 son los metros cuadrados cubiertos para procesar pistacho que tiene la empresa de los Ighani.
  • 140 son las hectáreas cultivadas por Pisté SRL. En San Juan la superficie estimada es de unas 4.000 hectáreas.
  • 500 son los metros cuadrados de invernadero que posee la familia Ighani en el departamento Rawson.
  • 200 mil son las plantas que anualmente puede criar este invernadero, equivalente a unas 606 hectáreas.
  • 500 dólares es el costo estimado de implantación aproximado de una hectárea en el Valle de Tulum.


Diseñar un programa de reconversión es bueno

"Nuestra empresa cuenta con una planta de procesamiento de 300 metros cuadrados cubiertos para procesar y separar abiertos de cerrados, que suma 100 metros cuadrados cubiertos más para el salado y tostado", indicó el arquitecto Marcelo Ighani.

La empresa familiar Pisté SRL también desarrolla multiplicación de plantas y asistencia técnica para inversores: "En semilla contamos con un laboratorio de germinación de las semillas certificadas adquiridas a viveros de los EEUU. El invernadero tiene unos mil quinientos metros cuadrados", indicó durante la gira por sus instalaciones de última generación, agregando: "Tiene capacidad de multiplicación de hasta 200 mil plantines".

En el 2015 comenzamos con el invernadero. Primero para nosotros, luego para vender plantas. Hacíamos 10 mil plantines. Luego fuimos duplicando y año a año, 20 mil en el 2016, 40 mil en el 2017. En el 2018 hicimos 80 mil y en 2019 llegamos 160 mil; para plantar cerca de 500 hectáreas nuevas en San Juan", señaló el productor. Y repitió: "fuimos paso a paso".

Relató que "comenzamos con 10 mil plantines para nosotros y luego fuimos duplicando año por año y comercializando, hasta el 2019, que se paró la inversión. Había un creciente auge de inversiones, incluso grupos fuertes españoles de hasta mil hectáreas, pero en dicho año se pararon".

Y concluyó señalando: Hoy tenemos una capacidad de multiplicación de 200 mil plantas anuales. Son un poco más de 600 hectáreas, con una densidad de plantación de 330 árboles por hectárea".


A los números

Capital social es la capacidad que tienen los países para construir redes de trabajo entre instituciones públicas y privadas junto a sus ciudadanos, en la búsqueda de concretar objetivos comunes para bien de una sociedad.

En la Universidad Católica de Cuyo se estudian e investigan como ejemplo de construcción de capital social, lo desarrollado colectivamente entre productores, el estado en todos sus estamentos y las universidades locales en torno de los sellos de calidad anclados al origen, como lo son la " Indicación Geográfica del Melón de Media Agua - San Juan" y la "Denominación de Origen Dulce de Membrillo Rubio de San Juan".

Y este debería ser el camino a seguir en la provincia para terminar de apuntalar el desarrollo del pistacho que llegará a 4.000 hectáreas en el Valle de Tulum, según estimaciones del sector privado, con bosques de este cultivo, en este, el primer año de la década.

Claro que no es aplicable lo de los sellos de calidad vinculados al origen a esta nuez, sino el esquema de trabajo en red que debería propiciarse para ayudar a pequeños y medianos productores vitícolas, olivícolas y hortícolas a migrar hacia este cultivo con rentabilidad sostenible en el tiempo.

La idea sería, diseñar un plan de asistencia integral a las pymes agrícolas, con ingenieros agrónomos, sociólogos y profesionales en comercialización; que acompañen un programa reconversión de 5 a 7 años; con un sistema de financiamiento oficial acorde al desarrollo del cultivo, con recupero gradual de un fondo rotatorio a partir del final de este ciclo.

Claro que en nuestro país y ante la pandemia, solo se mira al corto plazo, pero el mundo seguirá comiendo y demandando pistacho en el mediano y largo plazo.

En la provincia el cultivo permite obtener rindes que oscilan los 3.500 a 4.000 kilogramos en promedio anual por hectárea cuyo precio de mercado ronda los U$S 11 el kilogramo.

U$S 4.500 es el costo estimado de implantación aproximado de una hectárea en el Valle de Tulum y el costo operativo anual es de unos U$S 4.000 la hectárea, con una persona cultivando 15 hectáreas.

Tal vez el paso a paso mencionado por el empresario Ighani sea uno de los modelos a seguir por las pymes agroindustriales locales, si lo que se busca es sacarle el jugo al oro verde de San Juan.

 

 

 

Diario de Cuyo

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