Soja: ROSARIO
$250.000 0.08%
Maíz: ROSARIO
$155.000 0.65%
Trigo: ROSARIO
$193.000 0.78%
sta vez será de manera virtual, pero el contenido no tendrá modificaciones sustanciales respecto de la última vez que se encontraron. Matías Kulfas recibirá a los representantes de las principales fábricas alimenticias, que le irán a pedir que les habiliten nuevos aumentos de precios para los productos de la canasta básica.
La reunión fue confirmada por el funcionario a los empresarios en las últimas horas: el acuerdo de precios vigente vence este fin de semana.El argumento central de las principales fábricas será que los costos para producir se encuentran retrasados entre 15% y 20%. Como las veces anteriores, antes de conectarse en el "zoom" tendrán prolijamente documentando ese diagnóstico.
Los empresarios buscan achicar ese retraso de manera paulatina. Saben que el Gobierno rechazaría una propuesta para realizar aumentos de un solo golpe. En momentos de caída de la actividad económica y con gran parte de los trabajadores acusando una pérdida del poder adquisitivo, el Gobierno se muestra muy cauto antes de firmar un acuerdo con aumentos en los precios de productos tan sensibles como lo son los alimentos.
El encuentro Kulfas-Copal (la cámara que nuclea a las alimenticias) no será una más. Viene precedido por profundos cortocircuitos entre el Gobierno y el sector empresario.
La última pelea fue la que protagonizó la Casa Rosada contra las "telcos", tras el anuncio de congelamiento de precios y la determinación de convertir al servicio de las telecomunicaciones en "esencial", lo que les valdrá a esas empresas una regulación a la que no están acostumbradas, y que resisten.
Desde el inicio de la pandemia, la relación entre Alberto F. y los empresarios atravesó momentos de alta tensión. Como cuando Techint anunció el envío de 1.470 telegramas de despido. O cuando desde la Casa Rosada se decretó la doble indemnización por despidos durante la pandemia.
El envío de una reforma del Poder Judicial al Congreso también alteró a un sector de los empresarios líderes, agrupados en IDEA. Reclamaron un debate "amplio y plural" sobre esa reforma y que se mantenga la actual composición de la Corte Suprema.
El mejor momento entre el Presidente y el sector empresarial ocurrió el último 9 de julio. Para la fecha Patria, el Gobierno organizó una foto en Olivos con los representantes del G6, las principales cámaras empresarias del país. Pero ese clima de distensión fue quebrado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien criticó la foto.
Todo este preámbulo no hace más que generar un clima extra a lo que debería ser una reunión técnica entre funcionarios y empresarios.
Pero lo cierto es que los ejecutivos van a la reunión sabiendo que el escenario político cambió desde la última vez que se juntaron para consensuar aumentos en los precios de los alimentos.
Aquella vez, a mediados de julio, el acuerdo sirvió para homologar incrementos en el programa de Precios Máximos de entre el 2% y el 4,5%, mientras que en el de Precios Cuidados se dio luz verde a subas que van entre el 4% y el 9%, según la categoría de producto.
Ahora, el planteo de los empresarios será que tienen atrasos en los costos de entre 15% y 20%.
Van a mencionar, como la vez pasada, que la suba del dólar no fue trasladada a los precios de las mercaderías. Desde que comenzó 2020, la cotización del dólar subió 23%, y sólo una pequeña parte pudo ser trasladada a las listas, aseguran los ejecutivos.Además del dólar, los ejecutivos mostrarán que algunos insumos, como el trigo viene subiendo desde principios de año en los mercados internacionales.
También dirán que el último retoque a los combustibles, que el Ejecutivo autorizó la semana pasada, de un 4,5% promedio en todo el país y de un 6% en la ciudad de Buenos Aires también impactó en sus costos.
A cambio, Kulfas retrucará que otros insumos utilizados por la industria -como la energía- siguen congelados hasta fin de año. Lo mismo que los precios de la conectividad, que iban a aumentar ahora y que, por decisión de la Casa Rosada, también seguirán sin cambios cuatro meses más.
Por el lado de los salarios, los empresarios argumentarán que se trata de un costo que empezó a moverse y que hasta ahora no lo venían contemplando en las negociaciones con el Gobierno. Pero lo cierto es que el gremio de la alimentación, hasta ahora, sólo mejoró los salarios un 6,5%, muy por debajo de la inflación anual.
Como sucedió la última vez que hablaron, los empresarios desplegarán los balances en rojo. Pérdidas históricas en la mayoría de los casos, achacables a la crisis de los últimos dos años, que en 2020 se profundizó por culpa de la pandemia.
Uno de los casos que presentan los empresarios es el de la láctea Mastellone, que presentó un balance con pérdidas por $1.198 millones en el primer semestre de este año. Según la compañía sus costos se incrementaron 28%, que no pudieron ser compensados con los aumentos de los precios u otras medidas.
El programa Precios Máximos rige desde el 20 de marzo pasado, cuando se inició el aislamiento social preventivo y obligatorio por el coronavirus, y el impacto que el parate económico tendría en la sociedad. En la resolución 100 de la Secretaría de ese entonces se estableció que 2.300 categorías de productos de consumo masivo debían retrotraer los valores a los precios del 6 de marzo.
El primer ajuste de esa lista ocurrió hace 40 días, y el pacto entre las partes fue que los precios regirían hasta finales de este mes. A menos de una semana del vencimiento, funcionarios y empresarios vuelven a juntarse esta tarde para ponerle cifras a un nuevo acuerdo.
Más allá de los aumentos autorizados desde Comercio Interior, hay otra cara de las remarcaciones. Y tienen que ver con subas "encubiertas" que vienen aplicando los fabricantes a supermercados y mayoristas, que trascienden a las listas de Precios Máximos y Precios Cuidados.
Concretamente: las empresas fabricantes de alimentos eliminaron prácticamente todas las bonificaciones que les otorgaban a sus clientes, como forma de fidelizar una marca o mejorar las ventas de determinados productos.
Esas bonificaciones, la mayoría de las veces, llegan a los bolsillos de los consumidores cuando eligen las opciones para cargar el changuito. Se trata de una estrategia comercial que existe desde hace varios años, y que en los últimos días se fue agotando.
En los hechos, los cambios propuestos por los fabricantes no significaron modificaciones en las listas de precios -que en la jerga se conoce como "lista de arranque" o "lista cero-, pero sí abultan las facturas que las grandes cadenas comerciales terminan pagándoles.
La cumbre Gobierno-fabricantes se producirá, además, en un contexto en donde las consultoras privadas advierten sobre un recalentamiento de la inflación para los próximos meses.
El Gobierno, consciente de ese riesgo, pretende quebrar esas expectativas. Por un lado, manteniendo a raya el tipo de cambio. Por el otro, afianzando los acuerdos con las fábricas de alimentos, de manera que los precios en las góndolas subas de manera pausada.
Por eso mismo hay que entender que en la tarde del miércoles se escribirá algo más que un nuevo capítulo de la relación gobierno-empresarios. Para la Casa Rosada está en juego la dinámica económica de los próximos meses, en la era de la postpandemia. Ni más, ni menos.
iProfesional
