os frutos secos ofrecen gran cantidad de propiedades para nuestro organismo. Entre éstos, destacan las avellanas, que junto a las almendras y las nueces son considerados unos de los mejores. De manera que ya puedes introducir las avellanas en tu dieta diaria, sea con un puñadito para picar o bien junto a un bol de yogurt.
Ricas en grasas buenas, nos dan energía, aportan calorías, por lo que conviene moderar su consumo, fibra, y diversos minerales y vitaminas.
Son ricas en ácido oleico, es decir y, como hemos avanzado, grasas monoinsaturadas; y ácido linoleico, o lo que es lo mismo un buen aporte de grasas poliinsaturadas. También tienen una buena cantidad de vitamina E, antioxidantes, y minerales, tales como el calcio, fósforo y magnesio.
Como muchos otros frutos secos y alimentos ricos en grasas buenas, protegen nuestro corazón de desarrollar enfermedades coronarias.
Como consecuencia de lo anterior, las avellanas también ayudan a bajar el colesterol malo y aumentar el bueno, y ello está directamente relacionado con el corazón y también con la prevención de la diabetes.
Contienen ácido fólico, por lo que es bueno para la etapa del embarazo y la lactancia. De hecho, el ácido fólico se suele recomendar en el embarazo para un buen y adecuado desarrollo del sistema nervioso del feto.
En general, los frutos secos contienen la energía necesaria para afrontar un duro día. En este sentido son recomendables a la hora de hacer deporte, en etapas de crecimiento, a la hora de estudiar o bien cuando estamos atravesando una época de mucho trabajo.
Las avellanas son alimentos perfectos para regular nuestro intestino. Esto es gracias a la cantidad de fibra que tienen, algo que nos deja también llenos, con efecto saciante y además nos ayudan a adelgazar.
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