Los hallazgos de la investigación implica que el salmón de cultivo son sexualmente menos atractivos que sus primos silvestres, y que a pesar de ser cultivado desde los años 70, en solo 12 generaciones, ellos están divergiendo del salmón silvestre.
Los resultados forman parte de un proyecto de investigación mayor sobre las diferencias entre el salmón silvestre, de cultivo y híbrido.
William Perry, un estudiante de PhD de la Escuela de Ciencias Naturales de la Bangor University y autor principal del estudio explica: “El salmón del Atlántico de cultivo algunas veces se escapa de las jaulas y se puede reproducir con el salmón silvestre, creando híbridos”.
“Inicialmente, el hecho de que cualquier salmón que escapa es menos ‘atractivo’ debido a su menor ‘kype’ puede parecer una buena noticia, debido a que es menos probable que se reproduzcan. Sin embargo, esta no es toda la noticia. Debido a que los peces de granja no tienen que competir por parejas, no hay ningún elemento de selección sexual, lo que hace que los peces de granja e híbridos se adapten mal a la cría en la naturaleza. Así que cuando veamos altos niveles de fugitivos de granja, e inevitablemente se reproduzcan dentro de una población de salmones silvestres, esto puede reducir a largo plazo la salud de esa población”.
“Los salmones de cultivo o híbridos no solo tiene menos probabilidades de reproducirse con éxito en la naturaleza, sino que también tienen menos probabilidades de regresar del océano a los ríos de agua dulce para desovar”.
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