Momento clave en el norte de la provincia de Buenos Aires. Ante la sequía, los cultivos de soja de segunda entran en punto de marchitez permanente y sin retorno. El drama de una de las regiones más ricas de la Argentina en términos productivos.
Los productores de la región se encuentran desesperados y ruegan por la llegada de precipitaciones que frene la pérdida de rindes. Lo cierto es que las lluvias no han acompañado de manera generalizada a los cultivos de esta zona del país. Según datos de la firma Meteo Salto, la región atravesó el febrero más seco desde la irrupción del cultivo de soja con apenas un registro de 18 mm.
Por otro lado, los expertos manifiestan su preocupación por toda la siembra de segunda, incluyendo al maíz y al trigo. En este último caso, los cultivos consumieron toda la humedad disponible y la escasez de lluvias no permitió que la recarga del perfil pueda concretarse.