En la Argentina, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) se recauda en todas las etapas de producción, alcanzando a los alimentos (21%).
El IVA es de los impuestos más evadidos; por tanto, la ciencia tributaria indica que una disminución de sus tasas ayudaría a desestimular su evasión.
La composición interna de los costos de los alimentos no es lineal respecto a su componente impositivo. Según los especialistas, existe una alternativa para disminuir ese tributo aunque con costos sociales: el esquema argentino de valor agregado cuenta con exenciones que, de eliminarse, llevarían la tasa al 18% pero con una suba del gravamen para los productos básicos.