Pitch virtual: ideas claras, simples y precisas que atraen clientes e inversores en menos de 3 minutos

En tan solo tres minutos es posible concretar (o no) una venta o atraer inversores. Para maximizar estos 180 segundos, es fundamental dominar el arte del pitch o pitcheo, una instancia clave y decisiva a la hora de ofrecer valor diferencial en las propuestas.

El objetivo es desplegar una buena oratoria, cuya presentación esté diseñada en función del interlocutor en cuestión, ya que el propósito es dejar una primera impresión de excelencia. Es casi imposible que en poco tiempo uno tenga la posibilidad de explayarse acerca de un negocio o proyecto, de modo que las palabras utilizadas en estas conversaciones deben que ser lo suficientemente atractivas e innovadoras para que el otro sienta interés y se muestre motivado a concretar una segunda reunión.

El pitch virtual es una estrategia de presentación que aspira a sembrar la semilla de un acuerdo en pocos minutos. Para dominarlo con naturalidad, es necesario entrenarse a fin de lograr una buena síntesis y máxima claridad conceptual.

En miras a atraer clientes e inversores sin perder un segundo, te recomendamos:

1) Contar las historias en orden. Evitar mezclar información y mantener el eje de la conversación en función de una secuencia lógica que incluya:

- Meta: ¿por qué y para qué se creó?

- Problema: ¿qué vendría a solucionar y por qué es diferente al resto de las opciones del mercado?

- Timming: ¿por qué es necesario invertir o comprar ahora?

- Competencia: ¿a qué mercado pertenece?

- Producto: ¿de qué se trata y para qué sirve?

- Equipo: ¿quiénes forman parte del proyecto?

- Modelo de negocio: ¿cómo se generarán las ganancias?

2) Ser simple y preciso. Muy frecuentemente los emprendedores se muestran verborrágicos e inconscientes debido a que están excesivamente entusiasmados con su proyecto. Sin embargo, este exceso de energía puede ser contraproducente a la hora de desempeñar un buen speech.

Entrenar la oratoria y diseñar las presentaciones es vital para llegar a buen puerto. La regla de oro es nunca parar de ensayar. Por más seguridad que uno tenga, no hay que improvisar ni hacer nada a medias. La gestualidad también cumple un rol fundamental al momento de expresar una idea.

3) Generar un espacio de feedback y feedforward. Preguntar abiertamente la opinión del resto ayuda a obtener un feedback instantáneo. Si bien hay que estar preparado para una respuesta negativa, es importante aclarar que cada error deja un aprendizaje.

Brindar alternativas que enriquezcan el diálogo contribuye a generar un ambiente de confianza apto para sellar grandes acuerdos.

4) Realizar una presentación corta y visualmente atractiva. La presentación no debería exceder las 20 diapositivas. Cada una de ellas debe condensar lo esencial; es decir ir hacia conceptos claros sin utilizar lenguaje complicado.

Los gráficos, que se sugiere que sean pocos, tienen que ser elocuentes, fáciles de entender y cómodos de observar en cualquier pantalla.

5) Visualizar el éxito. Mostrar todas las validaciones reales del potencial productivo del proyecto. Ningún negocio puede atraer inversores o clientes si no es viable.