La biodiversidad de la Gran Barrera de Coral permanece en alerta por el cambio climático

Cuando uno hace mención a la Gran Barrera de Coral (Australia), es muy común que se nos vengan a la mente imágenes de su color, biodiversidad y belleza. No obstante, debido al calentamiento global, buena parte de las especies de flora y fauna marina que habitan el área se encuentran en situación de vulnerabilidad plena.

En la sección norte del Parque Marino del lugar, existen grandes hábitats de algas Halimeda llamados biohermos. Éstos, son construidos a través de un esqueleto de piedra caliza y poseen una zona alta alfombrada por una pradera viva llena de organismos que incluye algas rojas, verdes y marrones, además de pastos acuáticos.

Los biohermos cubren un área de más de 6 mil metros cuadrados, que se ubica en el fondo del mar entre arrecifes a la vera de la costa y la barrera de coral exterior. Sin embargo, hasta el momento la zona fue muy poco explorada.

Recientemente, la revista Nature Ecology & Evolution realizó un estudio en el que utilizó los datos de todas las plantas y animales registrados en los biohermos y hábitats de las profundidades, que se obtuvieron en el Proyecto de Biodiversidad de los Fondos Marinos de 2007. Los hallazgos fueros sorprendentes, ya que se descubrió que el lugar alberga una enorme variedad de especies.

La biodiversidad de la vida marina registrada fue hasta un 76% menor en los biohermos que en las áreas de arrecifes circundantes. Sin embargo, la riqueza de especies evidenciada fue especialmente alta entre plantas e invertebrados.

El número promedio de especies de peces por sitio fue exactamente igual, observándose 265 ejemplares en biohermos, incluyendo tiburones y rayas. En total, se visualizaron cerca de 1.200 especies animales, la mayoría invertebrados (78%).

Las disidencias entre la composición de las comunidades de plantas y animales también fueron determinantes: alrededor del 40% de las especies de biohermos eran exclusivas de dicha área. Entre estas, se distinguieron esponjas, caracoles, babosas, cangrejos, camarones, estrellas quebradillas, erizos y pepinos de mar.

Las familias de peces también fueron muy diferentes. No obstante, el equipo científico halló ejemplares ángeles de cola amarilla, que si bien se cree que viven solamente en los arrecifes de coral, se están adaptando y superponiendo en otros ecosistemas. 

Estos animales, podrían estar usando los biohermos como refugio de alimentación o zonas de cría. El hecho de comprender su conexión a la región sería vital para entender cómo funcionan los hábitats de arrecifes y entre arrecifes.

Cabe señalar que los biohermos de Halimeda son probablemente el espacio más extraño de la Gran Barrera de Coral. El mapeo reciente del fondo marino de alta resolución con láseres en el aire, reveló que la zona forma un área de alrededor de 20 metros de alto y 20 metros de ancho. Su parte superior se encuentra a unos 25-30 metros debajo de la superficie, de modo que es invisible desde los barcos que transitan por el mar.

Biohermos y calentamiento global

Los científicos remarcan que los conocimientos son demasiado nuevos para hacer un relevamiento que permita comprender la importancia de los biohermos como hábitat de biodiversidad en la región. De todas formas, si la Gran Barrera de Coral está siendo afectada por el cambio global, el lugar debería sufrir las mismas consecuencias. Las amenazas potenciales incluyen el calentamiento marino, la acidificación de los océanos y cambios en los patrones de circulación.

El informe proporciona una línea de base para la biodiversidad de los biohermos Halimeda en un solo punto de tiempo, marcando interrogantes acerca del estado actual del ecosistema y su capacidad de recuperación en ciclos físicos y biológicos a corto y largo plazo.

El monitoreo a futuro de estos hábitats únicos y ocultos a la vista será indispensable para comprender mejor la salud general de la Gran Barrera de Coral.