Estados Unidos: ¿por qué los locales de comida rápida se resisten a incorporar alternativas vegetarianas?

Por lo general, el abanico de opciones meat-free de la mayoría de las cadenas de comida rápida de Estados Unidos, se limita a una única alternativa vegetariana, hecha en base a vegetales poco confiables. A pesar de que en ocasiones la carta cuenta con hamburguesas de pollo, cerdo o pescado, las posibilidades para aquellos que buscan comer platos más saludables son bastante reducidas.

La hamburguesa tradicional de esta clase de restaurantes, es una de las comidas norteamericanas más emblemáticas: se compone de pan fino y crujiente, queso que parece de plastilina derretido, lechuga rallada, cebollas picadas y salsa de tomate o mostaza dentro de un bollo suave y agradable para el paladar. A medida que la población local se decanta por hábitos de alimentación veganos o vegetarianos, no parece inoportuno ampliar el menú con alternativas hechas con frijoles, granos y verduras reales.

En este contexto, varias cadenas comenzaron a invertir en ofrecer sándwiches de carne en base a plantas, como Burger King, que discontinuó sus milanesas de soja a fin de reemplazarlas por la Impossible Whopper (Impossible Foods). Carl’s Jr. está comercializando una hamburguesa con queso de Beyond; en tanto que McDonald’s prevé lanzar su inminente McPlant.

Aunque estas opciones podrían funcionar entre aquellos que buscan reducir el consumo de carnes, no satisfacen el mercado de quienes aspiran a comer más verduras. Las propuestas que apuestan por variedades tecnológica en vez de ofrecer hamburguesas vegetarianas, tampoco son demasiado rentables desde el punto de vista medioambiental.

Asimismo, estas carnes plant-based suelen ser muy procesadas: la hamburguesa de Impossible está compuesta por soja genéticamente modificada, mientras que la de Beyond posee proteína de guisante. Independientemente de este dato, existe un halo de salud que rodea dichos productos, aunque el consumo de alimentos sanos sin procesar es muchísimo más beneficioso para el organismo y el planeta.

Si bien las carnes tecnológicas funcionan como fuente de proteína, suelen carecer de varios nutrientes (fibra, minerales y vitaminas) que se encuentran solo en hamburguesas vegetarianas mínimamente procesadas. Por otra parte, son hasta tres veces más caras.

La logística plantea un pequeño obstáculo entre las cadenas que sirven hamburguesas vegetarianas auténticas, ya que el espacio para la parrilla es un bien escaso. Un ejemplo de esto es la Impossible Whoopper de Burger King, que se cocina en la misma fuente que las opciones de carne y pollo, de modo que no está 100% libre de dichas proteínas.

Lo más desconcertante es que las mismas cadenas que no ofrecen alternativas meat-free en Estados Unidos, sí lo hacen en otros destinos. McDonald’s vende la McVeggie en Australia y Nueva Zelanda; en tanto que en el Reino Unido dispone de la Vegetable Deluxe. Por su parte, Burger King UK comercializa la Veggie Bean Burger de lechuga, queso, mayonesa y semillas de sésamo. En Oceanía, donde esta última empresa se conoce con el nombre de Hungry Jack’s, brinda un sándwich vegano hecho de maíz, pimientos y zanahoria.

Se cree que la falta de opciones vegetarianas en los menús de los restaurantes de comida rápida se debe a la injerencia de los propietarios de las franquicias. En este sentido, si no son rentables, no tienen lugar. Sin embargo, gerentes de las principales cadenas que sí ofrecen alternativas saludables, como White Castle, aseguran que dichos productos son muy populares y día a día suman nuevos fanáticos.