Un matrimonio indio produce verduras y peces en una terraza a través de sistemas hidro y acuapónicos

En medio de la caótica ciudad de Bengaluru (India), en una azotea de Richards Town, Jincy Samuel posee una terraza convertida en jardín, bordeada de macizos de flores, donde cultiva langostinos, peces tilapia, vegetales y hierbas. La mujer produce sus plantas a través de prácticas hidro y acuapónicas, que se alejan de los métodos típicos basados en el manejo del suelo. Beneficios y características de su negocio.

Cuando el año pasado se desató en todo el mundo la pandemia de coronavirus, Samuel observó cómo en la mayoría de los supermercados de la India, las personas se atolondraban para abastecerse y soportar en sus casas una eventual cuarentena. Con el correr de los días, el encierro la condujo a la idea de cultivar su propia comida.

Ni ella ni su esposo tenían conocimientos sobre agricultura. Sin embargo, empezaron a estudiar los métodos disponibles, sintiéndose atraídos por la hidro y acuaponía por dos motivos:

1) El sistema hidropónico se puede instalar fácilmente en un hogar urbano. Además, el crecimiento de las plantas es más veloz, gracias al medio ambiente controlado. También es libre de plagas, al tiempo que permite controlar eficazmente los nutrientes.

En hidroponía, una solución acuática cargada de nutrientes se traslada a través de las raíces de las plantas a fin de proporcionar los recursos que necesitan para desarrollarse óptimamente.

2) La acuaponía es una combinación de sistemas acuícolas e hidropónicos que utiliza el desperdicio de un elemento para beneficiar a otro, emulando un ecosistema natural. La práctica de Samuel funciona cultivando pescado comestible, del que se obtiene carne para luego cosechar: el agua pasa a través de un tanque de mineralización donde es tratada y más adelante se usa para producir verduras de manera circular.

En definitiva, la hidro y la acuaponía reemplazan al suelo con agua, utilizando un entorno de crecimiento controlado que evita el ataque de insectos y plagas.

Modelo

Antes de instalar su polyhouse, Samuel y su marido visitaron varias empresas de la ciudad en miras a obtener sus sistemas. En mayo de 2020, consiguieron la configuración del espacio y le dieron rienda suelta al emprendimiento.

No obstante, la configuración del sistema fue apenas el primer paso. Cuando la pareja empezó a plantar sus propias frutas y verduras, se topó con que el cultivo de alimentos requiere de cierto nivel de planificación y determinados cuidados regulares. En este sentido, Samuel comenta que apenas inició la aventura, plantó espinacas en aproximadamente 96 macetas. Después, no supo qué hacer con tantos ejemplares.

Actualmente, el dúo cultiva cerca de 200 y 300 variedades de plantas en su terraza de 152 metros cuadrados. El abanico de productos incluye verduras como brinjals, brócoli, col rizada, espinaca, lechuga roja y iceberg, menta, rábano y tomates cherry; además de langostinos y peces tilapia.

A medida que Samuel fue adquiriendo experiencia, se dio cuenta que la cantidad de alimentos que producía era más de lo que requería para consumir en familia. Así fue que, tras un par de meses, comenzó a vender el excedente a vecinos y una tienda orgánica minorista de la zona. La emprendedora gana de tres a cuatro mil rupias gracias al negocio.

El cultivo de verduras propias no solo mejoró el sabor y la calidad de los alimentos que consume el matrimonio, sino que alentó al clan a comer de manera más saludable. A petición de clientes y vecinos, la pareja ayudó a instalar sistemas similares en algunos hogares y creó kits de producción hidropónica de hortalizas para principiantes.

En palabras de Samuel, la clave está en ir de a poco, analizar qué funciona y luego expandirse.