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La reciente pérdida de Miguel Ángel Paulón, uno de los representantes más destacados de la industria láctea nacional, obliga a recordar su extensa trayectoria política marcada por una inclaudicable lucha en contra de las retenciones al campo.
Paulón fue ministro de la Producción en la gestión de Carlos Reutemann y secretario de Agricultura de Eduardo Duhalde. El histórico dirigente del Centro de la Industria Lechera (CIL), no dudó en renunciar a su cargo cuando en 2002 se anunció el regreso de las retenciones, lo que es recordado como un hecho “heroico”.
Luego de una crisis sin precedentes producto de la salida de la convertibilidad y la renuncia de Fernando De La Rúa a la presidencia de la Nación en 2001, Miguel Ángel Paulón aceptó la propuesta de Eduardo Duhalde para comandar la secretaría de Agricultura.
No obstante, el dirigente había advertido que si el Gobierno decidía la implementación de retenciones abandonaría el cargo. Y así fue. Poniendo en primer lugar sus principios y, en defensa de las economías regionales, decidió abandonar su lugar como secretario de Agricultura en abril de 2002. Se trató de un pequeño gran gesto de muchos por parte del dirigente, independientemente del signo político en el poder.
Los derechos de exportación a los productos agropecuarios fueron finalmente reinstalados, tras la devaluación del peso que implicó la salida del régimen de convertibilidad. En un principio se decidió una alícuota del 20% para cereales y oleaginosas, del 10% para otros productos primarios como frutas y hortalizas, y de un 5% para carnes y lácteos.
En ese entonces, Miguel Paulón había advertido que el efecto de las retenciones deprimiría a toda la cadena láctea desde las empresas hasta los productores.
Diecisiete años después,Paulón continuó manteniendo su postura respecto a las retenciones, ahora impuestas por el Gobierno de Mauricio Macri. Cabe recordar que, durante la gestión de Gobierno de Juntos por el Cambio, tanto referentes tamberos como de las industrias lácteas, lucharon contra las retenciones a las exportaciones de leche en polvo, quesos, sueros y concentrados de leche, entre otros productos.
En ese contexto, Paulón sostuvo que la aplicación de los derechos de exportación ($3 pesos por cada dólar exportado) terminaría provocando un recorte de los ingresos en una cadena que, por entonces, se encontraba muy golpeada a causa de las tensiones entre productores y empresas por el precio de la leche.
Desde la vuelta de la Democracia en 1983, los derechos de exportación sufrieron más de 2 modificaciones por año. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, hasta la actualidad, se sucedieron alrededor de 80 modificaciones en las legislaciones las “retenciones” de los principales productos agropecuarios.
