Como consecuencia de la suba del petróleo a nivel mundial y el aumento de la demanda de energías, las autoridades se vieron forzadas a validar un incremento en los precios de importación del gas natural licuado (GNL), que podría generar un alto costo fiscal.
En este marco, el Gobierno adjudicó la compra de cinco cargamentos que llegarán en agosto a Escobar y Bahía Blanca (Buenos Aires), a un precio de hasta US$13,50 por millón de BTU (casi el doble de lo que preveía la Secretaría de Energía como promedio anual). A la cifra es necesario añadirle entre US$1,25 y US$1,50 más por la regasificación.
De esta manera, las importaciones de gas treparían a US$15 por millón de BTU, un valor que casi iguala al de los combustibles líquidos que se utilizan como sustitutos para la generación eléctrica y son más contaminantes. Según anticipan, el escenario impactaría fuertemente en las cuentas públicas.
Vale remarcar que las importaciones de GNL se pagan a los proveedores al contado y por anticipado en dólares que salen de las reservas del Banco Central (BCRA). Por otra parte, el costo fiscal también podría dispararse, ya que al no trasladarse a las tarifas de los usuarios, los mayores precios de compras de energía al exterior serían absorbidos por el Estado.