Y por qué no producir ovinos en Misiones? Gabriel Montiel contagia a otros productores para que incorporen la oveja y hasta logró crear escuelas de esquila en la provincia

Gabriel Montiel es productor ovino y propietario de La Armonía, una cabaña ovina con restaurante abierto al público que no queda muy lejos de Posadas, la capital de Misiones

Y por qué no producir ovinos en Misiones? Gabriel Montiel contagia a otros productores para que incorporen la oveja y hasta logró crear escuelas de esquila en la provincia
viernes 18 de junio de 2021

Desde hace un tiempo, Gabriel se puso al hombro un proyecto: tratar de contagiar a otros productores de la provincia para que incorporen la oveja a sus planteos productivos. “Siempre existió el hecho de criarlas para consumo doméstico, pero no de la forma en que empezamos a hacerlo nosotros, Hoy, con mucha satisfacción y orgullo, puedo decir que tenemos un gran grupo de productores ovinos” en Misiones, relata Montiel.

Las condiciones para hacer ovinos allí no son las mejores, pero tampoco es imposible. “Tenemos campos más duros que no son tan generosos en pasturas. Y abunda la piedra. Pero la zona también tiene sus particularidades. Por ejemplo, el espartillo tiene citronela y hemos aprendido a manejarlo para convertirlo en alimento, lo que nos llevó a darle una identidad a nuestras carnes, pudiendo suavizarlas, algo que no se ve en otros lados”, comenta Gabriel, que en todo ve una oportunidad.

En su derrotero, este grupo de pioneros incluso decidió crear Sociedad Rural Ovina, Caprina, Equina y Porcina de Misiones (SROCEP), para dejar de tener el foco siempre puesto en la producción de bovinos y poder dedicarse con tranquilidad a la difusión de otras especies ganaderas. Ya han realizado dos remates con singular convocatoria, uno en febrero en horario nocturno para evitar las altas temperaturas y el más reciente en mayo pasado. Traen reproductores de toda Misiones y también de otras provincias, de modo de colaborar a una mejor difusión de la oveja en territorio misionero.

“Quizás parezca absurdo esto de separar la ganadería ovina de la vacuna, pero ambas culturas son muy fuertes y distintas al igual que la forma de calificar y manejar sus animales”, explica Montiel. “Nos pasaba de ir a remates y encontrarnos muy tarde en la noche rematando las ovejas”, recuerda, en función de que siempre en los remates conjuntos primero se ofertaban los animales que más dinero arrojaban: los vacunos. Y los ovinos quedaban para bien entrada la noche.

Luego de algunos años de trabajo, en diversos planteos productivos la conclusión a la que arribaron es que en la zona sur de Misiones se requieren aproximadamente 2,5 hectáreas para tener una vaca, mientras que en ese mismo terreno ellos podrían sostener 15 ovejas.

“A los 15 meses podés sacar un ternero de 15 kilos que venderás a 40 mil pesos, mientras que con 15 ovejas yo te puedo sacar el 94% de preñez, con lo cual hablaríamos de unos 150 mil pesos si lo convierto en carne. Hay una gran diferencia”. Ese es el principal argumento de Montiel, que le entra a los colonos de pequeña escala no solo por el corazón sino también por el bolsillo. Además, afirma, no es necesario dejara de hacer otras actividades. Solo basta con incorporar el ovino.

Montiel indica que la gran mayoría de productores misioneros son chicos, con superficies de 50 hectáreas como máxima en algunos lugares y sostiene que en pequeñas porciones de tierra puede llegar a ser mucho más rentable el ovino. “No necesitan suspender nada para introducir ovejas, al contrario, agregar al ovino a su cadena de producción le da una ayuda económica”.

“Hace 10 años atrás el stock ganadero ovino no pasaba de las 9 mil cabezas y hoy estamos en 22 mil cabezas. Hay que esperar que termine la vacunación de aftosa como para ver los resultados”. Pero para que Misiones pueda decir que comienza a comer un poco de carne de oveja, sobre 1,3 millones de habitantes deberíamos hablar de 100 mil cabezas de ovinos, y en la zona sur de la provincia que son 4 municipios entrarían perfectamente”, remarca Montiel.

Se trata de enseñarle al productor que la ovina puede ser una actividad rentable. “Tiene sus cosas. Hay que estar muy encima todo el día. El pastor realmente existe en las ovejas. Es un trabajo diario, pero esto genera arraigo y más gente en el campo. Moviliza las cosas de otra manera”.

Montiel asegura que hay también una integración público-privada, lo que permite acrecentar la formación de jóvenes en la actividad ovina. En el último remate de marzo, el ministro del Agro y la Producción de Misiones, Sebastián Oriozabala, se hizo presente para que los nuevos productores de ovinos se sintieran acompañados. Su cartera, además, dispuso de financiamiento a tasas muy convenientes para que quienes quieren arrancar o crecer en la actividad pudieran comprar reproductores.

“Trabajamos integrados, a tal punto que la provincia participa de la distribución de los fondos contemplados en Ley Ovina y de lo que nos toca ya se han destinado cuatro inversiones a cuatro instituciones educativas secundarias de la zona sur que nos sirven para empezar a formar a los jóvenes en el manejo ovino, a alumnos de 1° a 5° año de escuelas agro-técnicas y a distintas EFA (Escuelas de la Familia Agropecuaria)”, resalta Montiel.

Como ejemplo, el propietario de cabaña La Armonía citó el caso de la EFA San Cristóbal en la zona de Fachinal. “Por la pandemia nos quedamos sin la posibilidad de mover gente entre provincias para hacer la esquila, entonces la escuela decidió hacerla, lo que generó oficios. Incluso los exalumnos comenzaron un emprendimiento con los docentes para seguir prestando el servicio, y eso es producto del conocimiento y de las inversiones que se logran con fondos de la Ley Ovina”, resume.

Sergio Iván Budemeyer, director de la EFA San Cristóbal, agrega que están trabajando desde hace tiempo con la producción de una cabaña ovina. “Tenemos una base sólida en la preparación de personas para la inserción especifica en la producción ovina y en la tarea de la esquila”, afirma.

El título con el que los alumnos pueden egresar de la EFA San Cristóbal es “Asistente en esquila y producción ovina”. La formación dura un año y tras finalizar diversos módulos teórico-prácticos se les entrega un certificado habilitante en la materia.

“Este año retomamos la formación y lo bueno es que logramos un grupo mixto, es decir, tenemos tanto hombres como mujeres que mostraron interés por esta formación”, destaca y asegura que el entusiasmo que ponen en la actividad es muy alto. “La idea es continuar y seguir desarrollando un buen manejo en la sanidad y alimentación del plantel del animales”, concluye.

 

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