Bitácora de una Agrocoach

Por Silvina Schmidt

La experiencia de trabajar como coach comercial para una multinacional en Argentina y como capacitadora comercial para una empresa argentina productora y comercializadora de silos bolsa, me acercó a un contexto apasionante: la industria a cielo abierto y sus avatares.

Acompañando a representantes comerciales y a sus líderes a recorrer las zonas agrícolas por excelencia de nuestro país y visitando desde medianos y grandes productores, empresarios agrícolas y hasta centros de distribución de insumos para el campo, dejaron en mi haber una experiencia inolvidable.

Aquí les comparto algunas de observaciones:

La tecnología ingresó al campo de la mano de maquinarias de alta gama con muchísimas prestaciones para todos los momentos que requiere la producción agrícola y para brindar confort a quien la opera. La agricultura de precisión permitió eficientizar los insumos y aumentar el rinde y calidad de los cultivos, sin embargo, la incertidumbre que implica esta industria expuesta a los caprichos climáticos, requiere un “temple de acero” para esperar con una tensa calma los períodos de germinación y crecimiento de los cultivos. Requiere de personas con conocimiento técnico pero también con cierto perfil optimista, orientado a controlar riesgos, metódico y tolerante a la frustración.

Trabajando en el agro te encuentras con personas amables, de aspecto tranquilo y de excelente trato, conocedoras a fondo de cuestiones relacionadas no solamente con temas agro técnicos si no también con aspectos asociados a las agro finanzas, sumamente necesarios para tomar mejores decisiones.

El coaching comercial me nutrió de numerosas anécdotas, encuentros en estaciones de servicios de las rutas argentinas para entrar en calor con un café, largos kilómetros compartiendo mates (antes del Covid 19). Viajes programando visitas a distintos tipos de clientes con los representantes de venta y sus líderes, otros tantos kilómetros repasando condiciones comerciales y poniéndonos en la situación financiera de cada cliente que íbamos a visitar. Algún almuerzo en un pueblo del interior donde sólo había un lugar para comer y se estaba celebrando una boda. Qué bien que comimos ese día!!!

Hoy puedo decir que estos años compartidos me dejaron una experiencia maravillosa, muy buenas relaciones con personas, además de una visión más completa de lo importante que es el campo para nuestra economía a nivel nacional, el campo es pujante y en mejores condiciones regulatorias lo podría ser aún más. El campo es nuestra insignia, el campo da trabajo, el campo genera buenas vínculos y crea oportunidades. Brindo por el campo y por su gente!!!!

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