Por Lucrecia Degiorgis
 

Si hay una mujer del sector agropecuario con quien se puede conversar de diversos temas productivos, ambientales, bioeconómico, culturales, con una visión desarrollista y por sobre todo, con el foco siempre puesto en la conservación del medio ambiente, es con Maria Beatriz  Pilu Giraudo. Además de ser ingeniera agrónoma, presidenta honoraria de AAPRESID, miembro fundador de Global Conservation Agricultural Network, es por sobre todo, un referente de la Red de Mujeres Rurales. 

Con respecto a la conservación de los suelos, nos contó que fueron los propios productores en los años 70 que se juntaban con el fin de encontrar la manera  de palear el estado de deterioro de los suelos, en función a la erosión del agua y el viento. Una década más tarde, el intercambio ya se hacía con productores de países vecinos, logrando poner fin al modelo agrícola milenario de deterioro que es la labranza convencional. Así nació la siembra directa. 

“Hoy estamos en una complejidad enorme de mejora continua donde se incorporan o se desechan tecnologías todo el tiempo y, a pesar de obtener logros impresionantes como que se detenga la erosión en un 90% -de hecho Argentina es el país líder a nivel mundial en control de erosión de los suelos-, se mejoró la capacidad de infiltración de agua”, sostuvo.
En relación a la situación actual y perspectivas en cuanto a la conservación,  nos comentó: “Realmente venimos recorriendo un camino de mejora permanente que tiene una matriz fabulosa de interacción público-privada, interinstitucional. Hacia el futuro Pilu sostiene que: “El 80% de la agricultura de conservación la tiene América, y de ese 80%, el 75% la tiene Sudamérica. El liderazgo es absoluto. Sería buenísimo que esta convicción sea una Marca País y que el gobierno que esté de turno la defienda a capa y espada porque esto es un orgullo para Argentina y para el Mundo”.

- Pilu, la Bioeconomía potencia la producción, cuidando el medio ambiente, pero ¿cómo crees que  amplía la capacidad de desarrollo regional?

La bioeconomía es la posibilidad de transformar la tecnología innovadora o tradicional  de toda la biomasa producida en múltiples productos y reducir al mínimo los desechos. Para lograr esa capacidad hay que tener muchas condiciones y muy pocos países las tienen. Argentina es uno de ellos y con creces porque dispone tanto del talento humano como  de la plataforma científico-tecnológica. 

Como estrategia país sólo haría falta facilitar  o dejar de impedir ya que con el 50% de pobreza, a través de la bioeconomia se podrían potenciar actividades productivas y económicas en cada metro cuadrado. También se podrían seguir produciendo commodities para exportar y al mismo tiempo transformar parte de ellas en alimento para animales, para humanos, biofármacos para la salud, hacer packaging y soluciones para la construcción.

Hoy por hoy, Argentina está súper commoditizada. Además de trabajar para bien común, nos faltaría financiamiento. Para lograr esto se necesitan inversiones de afuera ya con las nacionales no alcanzan. Con las condiciones crónicas que vive nuestro país es una limitante enorme ya que ni los propios argentinos se sienten incentivados. Mucho menos podemos pensar que capitales extranjeros vendrían a hacer este desarrollo. 

Otro logro argentino es la red que tenemos en cuanto a cámaras, instituciones, el INTA,  donde el investigador trabaja con el productor y eso no existe en otra parte del mundo. Son oportunidades, producción, desarrollo, empleo, recaudación que vuelva a la gente para generar más inversiones y  servicios para los menos favorecidos. 

-Muchas veces el concepto de mujer rural nos lleva a pensar en la mujer vulnerable, pero por otro lado hay cada vez más mujeres que se atreven a emprender y logran grandes hazañas, ¿es el principal objetivo de Red de Mujeres Rurales transformar esa realidad?

Red Mujeres Rurales nació por el paso del G20 en Argentina, el W20 siguió con los ejes que venían discutiendo los otros países en relación a lo digital, laboral y financiero; y Argentina propuso agregar como tema el Desarrollo Rural. La mujer rural es considerada  vulnerable y las herramientas que se les dan a esas mujeres son de vulnerabilidad también. Nosotras nos autodefinimos como mujeres rurales que tuvimos otras posibilidades y no lo tomaron  en cuenta. Pasó el G20 y nos dejó capacidad instalada. Hoy somos más de 500 mujeres que tenemos el propósito de generar actividades productivas cuidando el medio ambiente y sobre todo convergiendo en saberes, desde los más tradicionales a los más innovadores. En esa Red convivimos: los pueblos originarios, productoras, ministras, científicas, siendo el abanico enorme y aprendiendo entre todas. El mayor aprendizaje es que las mujeres más vulnerables son las más organizadas y tienen espíritu de acción colectiva, de bien común. La administración de recursos y cuidado de la naturaleza que tienen es impactante.
 

Como cierre, ante la pregunta de qué mujer rural la inspira, Pilu nos mencionó  su profunda admiración  -desde el primer día que la conoció- a Thea Belaustegui. “Es correntina y tuvo la valentía de estar en la dirección directiva de la Rural de Corrientes”, sostuvo.