Ideas & Opiniones / Valor Agregado

Guillermo Nicosia: “Nuestro objetivo siempre fue generar experiencias sensoriales y que el vino se pueda reconocer dentro de un chocolate”

El fundador de La Goulue Chocolatier charló con Agroempresario.com sobre los orígenes de la marca y detalló cuáles son sus planes de crecimiento y expansión

lunes 09 de agosto de 2021

Por Agroempresario.com

 

Nacida con el nombre de Louise Weber, La Goulue fue una bailarina del cancán parisino, conocida como “La Reina de Montmartre” debido a su osadía. Fue retratada en reiteradas oportunidades por el reconocido artista francés Henri de Toulouse-Lautrec, quien la inmortalizó en varios cuadros.

Con una osadía similar, teniendo en cuenta las dificultades que se presentan en el mercado, Guillermo Nicosia y su mujer crearon una marca de chocolates cuyo nombre hace referencia a esta bailarina, que propone un concepto totalmente novedoso a la hora de degustar el cacao: saborearlo en compañía de los mejores vinos del país.

En diálogo con Agroempresario.com, el emprendedor nos contó cómo se inició en el rubro, tratando de innovar constantemente en el camino, con el fin de ofrecer un producto sin igual, que además de rico propone una experiencia única para el paladar.

La Goulue Chocolatier nació en 2012 durante un viaje a Mendoza que hicimos con mi mujer para asistir al casamiento de un amigo. En aquel entonces, nos alojamos en una bodega. El paisaje era tan hermoso, que nos dio la idea de combinar el vino y el chocolate que tanto nos gustaban así de la nada. Ambos veníamos de otras actividades. Yo trabajaba en la industria automotriz, en la empresa Peugeot-Citroën, donde permanecí por 12 años. Cuando volvimos a la cotidianidad, nos encontramos con la realidad de que emprender es difícil. Así y todo, quedó encendida la ilusión y las ganas de hacer algo distinto y por nuestra cuenta”, relató al hablar sobre los comienzos de la marca.

De entrada, su esposa tomó un curso de chocolatería de seis meses de duración. Si bien muchos de sus conocidos les decían que era imposible combinar el vino y el chocolate, su motivación creció más allá, empujándolos a ambos a seguir perfeccionándose y capacitándose en distintas técnicas.

Luego de que ella quedara embarazada de su hijo Valentino, Nicosia se metió de lleno en el desarrollo del proyecto. En ese momento, el dúo contrató una especialista en chocolates, con quien fue probando las recetas usando vinos de alta gama como materia prima. Los primeros resultados no eran para nada alentadores tanto desde el punto de vista económico, como productivo.

“Empecé a involucrarme más en la iniciativa en mis momentos libres, una amiga que ahora trabaja con nosotros nos ayudó mucho con los desarrollos. A partir de la orientación de los resultados, le fuimos dando forma al proyecto y creamos la marca. Todo ese proceso duró más de dos años. En el tiempo parece que es de un día para el otro, pero no. El trayecto fue intenso”, declaró Nicosia.

En 2014, La Goulue Chocolatier realizó su primera venta a amigos y conocidos durante las fiestas de fin de año. El empresario detalló que en ese momento no tuvieron en cuenta que Navidad no era la mejor época para transportar el chocolate debido al calor. “No teníamos la experiencia que tenemos ahora”, agregó.

Un año después, el equipo alquiló un departamento, donde incorporó una templadora. A mediados de aquel año, la empresa pasó de vender 200 tabletas por mes a 1.500, gracias a una acción comercial con la bodega Colomé.

“Ahí, el departamento se revolucionó. Fue un trabajo duro, los vecinos se quejaban un montón por el ruido que hacíamos. Fue una verdadera aventura. A partir de allí, empezamos a comercializar un poco más por medio de vinotecas. Eso nos dio el primer impulso. Después nos mudamos a la fábrica donde estamos ahora en Tres de Febrero, porque al estar vendiendo un alimento en todo el país teníamos que ofrecer las certificaciones pertinentes. Siempre quisimos hacer las cosas bien”, explicó.

En 2016, Nicosia decidió dedicarse al 100% al emprendimiento, renunciando a la empresa donde trabajó tantos años. Su intención era impulsarlo como nunca antes. En este sentido, remarcó que en 2015, La Goulue salió al mercado con dos productos: Malbec y Cabernet. A los seis meses lanzó un chocolate de Champagne, después otro de Torrontés y en 2017 uno de Malbec Dulce.

En 2016 llevamos nuestros chocolates a Estados Unidos, donde ganamos un premio en una competencia internacional. Ese año obtuvimos la medalla de plata con el de Malbec. En 2017 repetimos con el de Malbec Dulce. A fin de año lanzamos los alfajores de vino, que fueron otro empujón para la difusión de la marca y nuestro concepto. El objetivo siempre fue generar experiencias sensoriales y que el vino se pueda reconocer dentro de un chocolate”, indicó.

Con los alfajores, la empresa obtuvo mayor difusión y tranquilidad económica. Un tiempo después, Nicosia se mudó a Estados Unidos, donde también lanzó la marca, siguiendo las regulaciones de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de aquel país. “Allá, estuvimos en un shopping y también vendemos en Amazon. Hay mucho por hacer en ese mercado”, sostuvo el emprendedor.

El año pasado, La Goulue sacó en la Argentina unas barras que permitieron que un número más grande de personas conocieran la propuesta. Las mismas vienen en una presentación familiar y salen la mitad que los estuches para regalo que ofrece la firma. “Al consumidor le estamos dando valor con algo más accesible de precio. Eso hace que cada vez más gente nos pruebe y conozca”, acotó al respecto Nicosia.

El producto fue lanzado en seis variedades, entre las cuales se destaca la de cerveza. “Hicimos un acuerdo con una cervecería muy conocida de Buenos Aires. También sacamos al mercado una mermelada de naranja natural y un Malbec Rosé con Bodega Jean Rivier. Este año, además, incluimos en la producción alfajores de cerveza y el mes pasado empezamos a elaborar cuatro tabletas de edición especial con sabores y combinaciones no tan disruptivos como el vino: 70% cacao, pimienta roja, sal marina y chocolate con leche y almendras tostadas”, manifestó el CEO.

La materia prima de La Goulue se importa directamente desde Bélgica. El proceso de producción de las tabletas es semiartesanal, en tanto que el de los bombones se desarrolla 100% a mano.

“Tenemos máquinas semiautomáticas que efectúan la fundición del chocolate a la noche, pero después hay que templarlo. La producción de los bombones en molde es totalmente artesanal. La realizan cuatro personas que en la fábrica llevan adelante el proceso de coquilla. Las piezas se rellenan una por una a mano. Luego de cerrarlas, se desmoldan y colocan en las cajas. Más adelante, ejecutamos el control de calidad y el envasado. Al final, pasan al stock”, comentó Nicosia.

Actualmente, los canales comerciales de La Goulue son vinotecas, almacenes gourmet y casas de delicatesen. Debido a que los productos se destinan a un público muy exigente, la producción de los rellenos se realiza con muchísimo cuidado, ya que la esencia de la marca es que el vino pueda descubrirse dentro del chocolate. Por este motivo, el proceso de elaboración puede demorar hasta tres días.

“Partimos del vino en unos tanques de acero inoxidable a baño María en doble camisa de agua y ahí se evapora el alcohol y se retiran los líquidos más volátiles del producto. Al final, permanece concentrado el sabor de cada varietal. Todo eso tarda dos días y medio más o menos y nos sirve para la producción de dos o tres jornadas”, describió el entrevistado.

Además de Estados Unidos, La Goulue llevó adelante exportaciones puntuales a Europa. Sin embargo, Nicosia anticipó que es muy difícil establecerse en dicho mercado porque los aranceles para exportar son demasiado altos.

Según él, el valor agregado de la marca es que brinda la posibilidad de vivir una experiencia única, donde el vino se puede disfrutar dentro de un chocolate, a través de un producto de exportación. A futuro, la idea es seguir innovando y lanzando nuevas variedades, quizás por medio de otra firma con una propuesta diferente. Para el empresario, también es sumamente importante seguir apostando por el mercado norteamericano.

Todo lo que hicimos hasta ahora nos llevó mucho tiempo, desde el nombre, a la elección de los formatos de las piezas y la experiencia del vino en cada figura geométrica. Tenemos tabletitas de 5 milímetros de espesor, donde los sabores se sienten muy suaves y bombones en los que se percibe más el relleno que el chocolate. Estas propuestas hacen que la experiencia sea única”, contó Nicosia.

Debido a que el trabajo diario es muy exigente, el empresario suele estar a disposición del equipo a toda hora. A pesar de que ama lo que hace, planteó que en un país como el nuestro es bastante difícil convivir con la incertidumbre que se presenta en los mercados día a día.

Acá se dan determinadas situaciones que no tendrían que ser así: inestabilidad cambiaria, pérdida de tiempo en actividades que no agregan valor y altos costos. Estos asuntos distraen la meta principal. No está bueno lo que pasa y quita mucha energía y productividad. Lamentablemente lo naturalizamos, pero no le hace bien a nadie. Es algo con lo que hay que convivir y genera mucho sufrimiento. Tenemos que hacer lo posible para cambiarlo”, concluyó.

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