Agro Fibras / Industria Textil

Gastón Arostegui: “Nos quita el sueño decir que fabricamos un tejido que dura toda la vida”

El gerente de Hilandería Warmi nos contó cómo se producen los tejidos de fibra de llama de la Puna jujeña

miércoles 25 de agosto de 2021

Por Agroempresario.com

 

Hilandería Warmi es una empresa social e intercultural que persigue el desarrollo de la Puna jujeña, con el objetivo de generar oportunidades para todos los habitantes de la región. Se dedica a la elaboración de piezas textiles y artículos de decoración de exportación, que se realizan con la fibra de lana que producen alrededor de 600 familias del área.

En diálogo con Agroempresario.com, el gerente de la compañía, Gastón Arostegui, nos contó cómo surgió el emprendimiento y cuáles son sus principales objetivos.

En Hilandería Warmi estamos empecinados en crear más cantidad y calidad de oportunidades en la Puna. Partimos de la base de que es una de las regiones con mayor pobreza multidimensional de la Argentina. Uno, como jujeño, ve una realidad que le duele un poco cuando la observa de cerca. Buscamos aprovechar la fibra de llama con un propósito bastante ambicioso: generar un producto de altísimo valor agregado, que transmita la identidad, tradición y cultura de nuestro norte”, expresó al inicio de la charla.

A nivel modelo de negocios, uno de los accionistas de la empresa es la Asociación Warmi Sayajsunqo, cuyo nombre quiere decir “mujeres perseverantes” en quechua. La organización es conducida por Rosario Quispe y viene trabajando desde hace 25 años con las distintas comunidades de la Puna.

Hablamos de un universo de 120 comunidades, que abarca a unas 3.500 familias de pequeños productores. La Asociación trabaja en distintos aspectos y dimensiones, haciendo hincapié en salud, educación, hábitat e infraestructura”, detalló Arostegui.

Es a través de esta entidad que la Hilandería adquiere su materia prima. El pequeño productor de la Puna, con quien la compañía se maneja a través de un acuerdo de comercio justo, brinda el servicio de esquila y proporciona la fibra de llama necesaria para confeccionar los tejidos.

 

La fibra de llama es un material exótico de origen animal. A la especie se la considera ganado, de modo que se ubica a la par de vacunos y porcinos. Tiene particularidades y características únicas desde el punto de vista térmico”, remarcó el entrevistado.

Normalmente, luego de que los pequeños productores esquilan a los animales, trasladan la fibra a la hilandería. Allí se ejecutan los procesos de clasificación y separación por color, antes de lavar la materia prima. Luego, la firma elabora los distintos blends.

Es importante remarcar que Warmi trabaja con tres tipos de fibras naturales: llama, oveja y algodón. A partir de estos materiales, realiza distintas combinaciones a fin de lograr diferentes mezclas. Una vez que se consigue el hilo tras el proceso de hilatura, la materia prima pasa a los telares, previo a ser tejida y teñida para darle vida al producto final. 

El 100% de la terminación de todos nuestros productos se hace a mano. Ahí es donde se puede ver el trabajo artesanal propiamente dicho. En lo que respecta al teñido, nosotros nos manejamos con cuatro colores propios de la llama: crudo, marrón, beige y visón. Queremos certificarlos orgánicos, ya que la línea que ofrecemos no involucra el uso de ningún químico a lo largo de su producción”, aseguró Arostegui.

Como empresa B certificada, Warmi aspira a reducir la contaminación de la industria textil, proponiendo un enfoque integral que se basa en la creación de diseños atemporales que duran entre 30 y 40 años. “A nosotros nos quita el sueño decir que fabricamos un tejido que dura toda la vida. Es uno de nuestros principales objetivos. De todas maneras, su durabilidad es excepcional. Apuntamos a un mercado premium de lujo sustentable”, planteó el jujeño.

Actualmente, la firma realiza exportaciones a Alemania, Chile, España, Estados Unidos, Suiza y Uruguay. Si bien los volúmenes son pequeños, Arostegui indicó que el valor agregado está en brindar un producto que además de ser de excelente calidad, se elabora en un 100% con fibras naturales del norte que transmiten cultura e identidad.

 

El modelo de negocios de la hilandería tiene algunos aspectos particulares. Uno de ellos es la interculturalidad. Tenemos accionistas y miembros del directorio que provienen de distintas culturas, eso nos da mucha riqueza. Hemos tenido quejas puntuales sobre los productos porque ‘pican un poquito’. Al principio esto nos incomodaba, aunque con el correr del tiempo nos dimos cuenta que era común porque la Puna pica. La amplitud térmica, la radiación solar y la humedad relativa se hacen notar, al igual que la falta de infraestructura. En este aspecto, hay cuestiones que están en nuestro ADN. Desde el punto de vista cultural, recuperamos las terminaciones y las ponemos en los productos en miras a rescatar técnicas ancestrales que no queremos que se pierdan”, explicó el gerente.

Según él, el valor agregado de Warmi es que fomenta un modelo de desarrollo territorial, de fuerte compromiso social y ambiental, que propone cambios en la industria, aspirando a repensar el negocio y romper con viejos paradigmas.

“La interculturalidad y aceptar el desafío de incorporarla en una organización, nos obliga a desarrollar la empatía. Si venimos de culturas distintas, tenemos que escucharnos. Hoy en día, estamos perdiendo capacidades para ponernos de acuerdo y aceptar lo diferente. En este sentido, pienso en la conciencia y el compromiso real con el medioambiente. Debemos sincerar y transparentar la cadena de valor. Aceptar que no somos perfectos, pero queremos cambiar”, pronunció.

Al hacer referencia a la trazabilidad, dijo que es uno de los puntos más cuestionados de la industria textil. “El concepto implica ser honestos en los procesos; preguntarnos de dónde vienen las prendas, cuánto se le paga al productor y qué se realiza con el agua que se usa en el teñido. Esa conciencia ambiental y social es clave”, declaró.

Para Arostegui, la trazabilidad es un aspecto que desde Warmi quieren jugar fuertemente, con todos los desafíos que eso implica. “Tenemos mucho por hacer. Lo importarte es que queremos lo mejor para el planeta y la sociedad donde vivimos. Somos un bicho raro de la industria textil, porque este es uno de sus puntos más cuestionados. Nuestra meta es ser un faro de transformación”, subrayó.

A futuro, la idea es expandir la empresa entre las grandes ciudades del mundo, mostrando que un producto hecho con el corazón latinoamericano y en la Puna jujeña, puede ser de excelente calidad y es capaz de cumplir con los estándares y valores socioambientales que hoy en día exige el planeta.

 

Una marca 100% jujeña

Los tejidos de la empresa poseen el sello “Calidad Jujuy”. En palabras de Arostegui, este tipo de acciones son vitales para aumentar la visibilidad de la región y de la marca. “En la hilandería hacemos visitas guiadas, donde contamos con lujo de detalles el proceso interno de producción. Queremos entusiasmar y contagiar para que no se pierda ese patrimonio inmaterial cultural tan lindo que tenemos”, concluyó el gerente.

 

¿Dónde se consiguen los productos?

El 100% de las utilidades de Hilandería Warmi se vuelcan en la Puna. La idea es generar un impacto multiplicador en la región. “Para esto, que nos sigan en las redes sociales sería una gran ayuda. Nuestro Instagram es @hilanderiawarmi. También tenemos un e-commerce propio. Hacemos envíos a todo el país”, señaló Arostegui.

 

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