Si bien el aumento de los precios internacionales consiguió disminuir el impacto de la sequía en la última campaña gruesa, todo parece indicar que la escasez de lluvias complicará la próxima cosecha de soja y maíz.
De acuerdo a un reporte de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), la posibilidad de una nueva Niña subió al 70% para los meses de diciembre, enero y febrero, un fenómeno que afectaría el volumen de precipitaciones que se recibirían para la campaña gruesa.
En el ciclo 2020/2021, las condiciones climáticas fueron malas y la falta de humedad en enero y febrero hizo que la producción total de granos disminuyera un 6% en relación a la campaña previa, culminando con un total de 127,7 millones de toneladas.
De cumplirse las predicciones, la sequía tendría consecuencias más graves con respecto a cualquier ciclo atravesado por La Niña, ya que la escasez de precipitaciones no solo perjudicó a los cultivos, sino que también provocó una bajante histórica en el río Paraná.
La jefa de estudios económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Emilce Terré, expresó que “ya retrasados respecto a lo normal, una nueva sequía tendría efectos muy graves”, y que si bien “todavía estamos hablando de una probabilidad, no de un evento cierto, es una probabilidad que preocupa muchísimo y por eso se le da tanta importancia”.