Santiago Sáenz Valiente: “Tenemos una catarata de impuestos dañinos que requieren una modificación inmediata”

El consultor, socio de SSV & Asociados, le aseguró a Agroempresario.com que los privados son los únicos que realmente generan riqueza en el país. “Los impuestos deben ser razonables”, planteó

martes 07 de septiembre de 2021

Por Agroempresario.com

 

El consultor Santiago Sáenz Valiente, socio de SSV & Asociados, participó de una entrevista exclusiva con Agroempresario.com, en la que lamentó el número de trabas impositivas que hoy en día perjudican a la actividad privada en el país. En este sentido, destacó que para lograr una transición hacia “Retenciones Cero” habría que tratar de reducir el gasto público en vez de seguir generando nuevos impuestos. 

“En mi opinión, hay mucho que cambiar y poco que agregar de impuestos. El nivel de gasto público que viene incrementándose día a día hace que se requiera más carga fiscal. Si bien desde la AFIP lo niegan, un informe del Banco Mundial señaló -de forma contundente- que la Argentina tiene los impuestos más gravosos del planeta. Creo que se está estatizando gran parte de la actividad, sin tener en cuenta que quienes generan riqueza son los privados. Si uno quiere mejorar el empleo o la cantidad de puestos de trabajo, tiene que establecer condiciones para ello”, aseguró el entrevistado.

Según él, lograr un país con “Retenciones Cero” es sumamente complejo debido a que el Estado se acostumbró a nutrirse de la carga fiscal para financiar el gasto público. 

“Yo soy un gran crítico de ese término que le han endilgado a este impuestazo a los ingresos. Una retención es algo que a uno le retienen y después le permiten tomar a cuenta o se lo devuelven. Un impuesto es definitivo, más si implica un 30-33% del precio de un bien que le pertenece a un privado. El Estado se nutre de esto para financiar gran parte del gasto público. Considero que la transición hacia ‘Retenciones Cero’ no es fácil. Lo primero que hay que hacer es ver cómo hacemos para reducir el gasto público en vez de seguir aumentando los impuestos”, explicó.

 

A la hora de sostener sus palabras, Sáenz Valiente detalló que los privados deben soportar 162 impuestos, ya sean nacionales, provinciales o municipales. Para él, la resolución del conflicto requiere de un cambio de actitud total por parte del Estado, que por el momento no parece encaminarse.

En estos días se confirmó que la Hidrovía está estatizada, por allí pasa el 80% de la producción exportable. Esto es muy preocupante, ya que se suma a otros proyectos de estatización vinculados a los servicios para camioneros. Además, el gasto público es insostenible y los productos en góndola tienen entre un 50 y 60% de impuestos. A la gente no le alcanza el dinero para vivir y no parece haber una solución”, afirmó.

Enfocándose exclusivamente en el agro, el consultor enumeró todas las trabas impositivas que hoy en día deben afrontar los productores, que impiden potenciar la rentabilidad de sus respectivos negocios. 

Por el impuesto a las ganancias se está tributando por un número que no es real y es ficticio. Esto genera una distorsión muy grande, porque la tasa efectiva de impuestos que paga una empresa o sociedad regular en la actividad agropecuaria es sumamente virulenta. Son cargas confiscatorias que generan el pago de impuestos en una renta irreal a una tasa efectiva mayor a la que nosotros creemos que pagamos. El arancel nominal que está previsto en la Ley, puede ser del 25% para pymes chiquitas y del 35% para compañías cuyas ganancias anuales superan los US$300 mil. A eso hay que agregarle un 7%. En total, es casi un 50% sobre la renta real. Es algo alarmante que debe modificarse y no parece haber demasiado interés en hacerlo”, especificó.

En sus palabras, el Impuesto al Valor Agregado (IVA) constituye una preocupación empresaria enorme, ya que si bien la tasa es del 21% para los bienes que se venden, hay muy pocos productos considerados “exentos”, como la leche.

“La verdad es que parece que el productor agropecuario tiene un gran beneficio porque la tasa es del 10,5% para los productos que vende, aunque a la larga termina acumulando saldos a favor por todos los gastos que posee con la alícuota al 21%. En consecuencia, este es el famoso ‘saldo técnico’, que se relaciona con las cifras que surgen de la propia liquidación del impuesto entre los créditos que uno tiene por las compras y las deudas con la AFIP en función de las ventas. Esta situación de alícuotas diferente genera un saldo a favor del empresario que no puede utilizar e implica millones de dólares. Es muy difícil neutralizar su efecto, porque para eso quizás tenga que realizar actividades económicas que probablemente no le interesan a fin de absorber la carga”, subrayó.

 

De acuerdo a Sáenz Valiente, por otra parte, el Impuesto a los Bienes Personales y el “Aporte Solidario” hacen que el contexto sea insostenible. “Si bien se dice que más o menos fueron entre 12 y 14 mil las personas las que se encontraron obligadas a pagarlo, el 60-70% de la recaudación lo aportaron solo 253 individuos. Además de esta estadística, está el desastre que se ha armado a nivel de daño a los patrimonios sin un justificativo, porque la tasa efectiva por los bienes en el exterior suma un 7,5% extra”.

A modo de ejemplo, citó el caso de Rafael Manuel Nucete, director de José Nucete e Hijos, quien tenía inversiones en el exterior que le daban pérdida y un juez reconoció que no podían cobrarle el impuesto por el aporte solidario. “Son inversiones que no dan renta. El conjunto de impuestos que hoy paga una persona o empresa de cualquier actividad, aunque sobre todo en el agro, es confiscatorio”, aclaró.

Bajo esta premisa, sostuvo que sumando todos los impuestos es difícil resumir el desajuste tributario de nuestro país, que no es nuevo y se acumula a la carga fiscal.

“Es como un campo minado donde uno no sabe dónde pisar porque está lleno de obligaciones formales que, ante un pequeño incumplimiento, generan la obligación de retenciones adicionales, mayor carga impositiva y trabas en el desarrollo de la actividad. Todo esto es insostenible. A nadie se le ocurre pensar en el costo administrativo que tienen las empresas para llevar sus impuestos en orden”, expresó Sáenz Valiente.

A su vez, el entrevistado planteó que en agricultura y ganadería de invernada es normal que los productores tengan que declarar al precio de plaza la existencia de granos y hacienda, abonando una carga que corresponde a una “ganancia por tenencia”, sin importar que dichos bienes se hayan vendido o cobrado. “Así, no hay bolsillo que aguante”, precisó.

Otro problema no menor son los saldos a favor. Si a mí me debe dinero el fisco, es muy difícil que lo recupere. Existen muchas trabas en el régimen de devolución de impuestos. Pueden pasar meses y hasta años para hallar una solución. Creo que deberíamos seguir el ejemplo de Estados Unidos, donde cuando hay un saldo a favor de un contribuyente se le acredita en la cuenta bancaria a la brevedad a través del CBU. El tema de los pagos de impuestos en exceso es, francamente, preocupante, porque suma a una mayor carga fiscal, que además con el tiempo se desvaloriza; ya que si no se aplican intereses sensatos, el crédito desaparece a través del tiempo”, declaró el consultor.

 

Sobre el final de la charla, Sáenz Valiente dijo que hay que dejar que los privados sigan generando riqueza, estableciendo impuestos razonables a través del fomento de una nueva cultura tributaria.

“La Argentina tiene mucho por mejorar y corregir. Tenemos una catarata de impuestos dañinos que requieren de una modificación inmediata. Muchas empresas están cayendo. El agro por suerte no sufrió demasiado las consecuencias de la pandemia. La cotización de la soja es un poco más baja, pero no está mal. De todas maneras, los derechos de exportación perjudican al productor: el dólar real vale $180 y cobra a valor oficial. Además, le quitan más del 30% sin contar ganancias y todos los impuestos que mencioné anteriormente”, concluyó.

 

¿Qué es la “Reorganización empresaria” en la división de un patrimonio?

“A pesar del panorama, creo que hay que ponderar algunas cuestiones que son libres de impuestos. Hay un tema que se está dando mucho en el agro, que es la situación de las familias que quieren dividir patrimonios. Llega un momento en el que los herederos crecen y desean decidir qué hacer con sus bienes, tierras y existencias. Es normal que no todos coincidan. Hay un régimen vigente desde hace muchos años en la Ley de Impuesto a las Ganancias, que se llama ‘Reorganización empresarial’, que permite, de forma libre de impuestos, transferir a sociedades los bienes que le pertenecen a cada una de las partes”, explicó el consultor. 

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