Rutini Wines: el uso de la tecnología y los secretos de la exportación que los llevó al éxito

utini Wines, la bodega de vinos varietales del grupo Catena, vendió el año pasado 225.000 de las 212.000 cajas del 2018, lo que significó un crecimiento del 6%. Hoy no solo está posicionada en América latina, Estados Unidos, Europa y China, sino que busca expandirse a nuevos horizontes: África y Oriente Medio.

“A Medio Oriente y África fuimos el año pasado por primera vez. Fue un viejo exploratorio. Sabemos que son mercados difíciles porque los musulmanes tienen mucho control sobre el alcohol, pero hay oportunidades para vender y mucha competencia, ya que llegan vinos de todo el mundo. Lo importante de ese mercado es que son una gran vidriera hacia otros países”, cuenta su director comercial, Enrique Coscia.

Respecto a África, dice que es muy diferente “dependiendo de qué país se trate”. En este sentido, explica: “Como hay muchos expatriados que consumen todo lo que venga de Occidente, nos da una gran posibilidad de poder introducir un nuevo vino. Aunque no tienen la misma cultura de consumo que hay en la Argentina, pensamos que puede andar bien”.

“Trabajamos con inteligencia artificial y seguimiento de drones. Hoy podemos definir la madurez por una máquina multiespectral que nos muestra distintas ondas de luz que se transmiten en los viñedos con diferentes colores que nos muestran su madurez, los aromas y azúcares de la uva. Buscamos la última tecnología para estar a la vanguardia con nuestros vinos”, explica Mariana Di Paola, directora de enología de Rutini Wines.

El origen

Felipe Rutini fundó la bodega en 1885. Tras 135 años con altibajos, hoy está bien posicionada. “Empezamos a exportar San Felipe (blanco y tinto) caramagnola en 1964, cuando la Argentina no vendía vino al exterior”, recuerda Coscia.

Hoy, los Estados Unidos es uno de los principales destinos de las exportaciones de la bodega, con casi US$4 millones anuales. Es el equivalente a más de 80.000 cajas de 12 unidades al año, de las variedades malbec y cabernet sauvignon.

Rutini Wines tiene casi todas las variedades de vid plantadas en sus 400 hectáreas. “Dar el ejemplo no es la principal manera de influir en los demás, es la única manera”. Esa frase de Albert Einstein se puede leer en distintos rincones de la bodega.

A la hora de importar, Di Paola admite que “existen trabas a productos como barricas, corchos, botellas de vidrio especiales, tintas y papel para etiquetas”, a lo que Coscia agrega que esto “afecta la calidad de los productos a exportar; eso suma otro inconveniente de competitividad, además de las retenciones”.

El gran tema de la economía es la inflación. “Si no para y nos pisan el tipo de cambio, estamos condenados a perder todo lo realizado en estos años. Pronto la rentabilidad caerá drásticamente y se perderán mercados, que es la consecuencia más grave. Si uno deja su lugar, será muy difícil reinsertarse”, reflexiona Coscia.