l kale es una hortaliza que es tendencia en el país, originaria de Asia y se introdujo en la Argentina hace pocos años. Se encuentra mucho en las huertas, ya que es una verdura fácil de cultivar en pequeños espacios. Proviene de la familia de las crucíferas y es similar al coliflor.
Es considerado un alimento muy nutritivo ya que contiene grandes cantidades de hierro, vitamina A y vitamina K, antioxidantes, y otras excelentes cualidades.
Hay dos métodos para realizar la siembra, en almácigo o a campo bajo siembra directa o al voleo.
Para hacer un uso más eficiente del agua, nutrientes y espacio, es mejor realizarl el cultivo bajo cubierta, pero en caso de no contar con los implementos, a campo también se observa un muy buen desarrollo y crecimiento.
El kale se produce en la provincia de Buenos Aires y se hacen dos siembras anuales, una a principio de año y otra a mediados.
La semilla es una una pequeña esfera color negro grisáceo de aproximadamente 1 mm de diámetro. En caso de sembrar bajo cubierta (o en maceta) se recomienda mezclar tierra con compost. La profundidad de siembra es 1.5 cm aproximadamente. Luego cubrir con tierra y regar inmediatamente.
La distancia entre plantas en la hilera podría ser entre 20 y 25 cm dependiendo de la variedad y el espacio disponible.
El transplante se realizará una vez que se observen el segundo par de hojas verdaderas. Comenzará a emerger entre 4 a 7 días desde la siembra. Este período es crítico para el cultivo, por lo tanto es importante un adecuado suministro de agua, necesario para la imbibición de la semilla para de esta forma, lograr una correcta germinación.
La cosecha puede comenzar una vez que el cultivo tiene más de cinco hojas verdaderas. Se recomienda comenzar a cosechar primero las hojas externas de la planta ya que esto fomenta su crecimiento. Es importante dejar el punto de crecimiento, ya que de ahí se desarrollarán nuevas hojas.
Es una verdura con grandes propiedades nutricionales. Estas son las más destacadas:
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