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sta economía, está basada en la producción y consumo de bienes y servicios derivados del uso sustentable de recursos biológicos, como pueden ser los desechos de procesos productivos, industriales y de consumo.
Como ejemplos de recursos biológicos, se pueden mencionar la capacidad de producir biomasa a partir de caña común o caña de Castilla para producir bioetanol y alimentos, y la disponibilidad de desechos agropecuarios y agroindustriales, como estiércol de cerdo para electricidad.
La mayor intensificación de las producciones pecuarias y la disponibilidad de residuos agropecuarios, agroindustriales, municipales y forestales, pueden ser una buena oportunidad en el desarrollo de energías renovables, a lo que se le suma la posibilidad de agregar valor a la producción agropecuaria.
Para producir biogás y biofertilizante a partir de los desechos de cerdos, el criadero debe contar con un sistema de colecta de los purines, conectados a biodigestores. El purín se trata anaeróbicamente y, con el agregado de forraje de sorgo y maíz, se produce el biogás, el cual alimenta motores que generan energía eléctrica.
El residuo final que genera la producción, después de un período de estadía en los biodigestores, puede ser utilizado como biofertilizante en el campo.
Para conocer en profundidad cómo se viene trabajando desde el Estado sobre esta cuestión que hoy está en “boca” de todos los productores porcinos confinados, el manejo de efluentes de cerdos, Nuevo ABC Rural dialogó con Raúl Franco, especialista del INTA Marcos Juárez, Córdoba, y Verónica Geese, secretaria de Estado de la Energía de la provincia de Santa Fe.
“El impacto ambiental y el bienestar animal son temas muy importantes que ya están en la Argentina, y es lo que se viene en materia de producción”, destacó Franco. “El productor, al aumentar su escala y economía, comienza también a aumentar etapas en sistemas confinados, y se encuentra con un producto nuevo que es el efluente del cerdo, que al estar bajo leyes ambientales que no están actualizadas, entra en la dicotomía entre una solución técnica o una legal”, apuntó.
En ese sentido, el especialista informó que dentro de los tratamientos de efluentes que hoy puede adoptar el productor, “tenemos dos que son los más comunes, el biodigestor y el tratamiento con lagunas para el posterior aprovechamiento del efluente como biofertilizante para la agricultura”.
Para Franco, el tratamiento de efluentes que hoy deberían utilizar en todas las provincias los productores confinados, es el laguneo, ya que es el más económico y aprovechable productivamente. “Se trata de diferentes tipos de lagunas para oxigenar el líquido efluente, con lagunas de tres metros anaeróbicas y de 50 centímetros aeróbicas, impermeabilizadas, con la base de la laguna por lo menos a 1,5 metros de la napa freática.
El medio anaeróbico produce la degradación de la materia orgánica y baja el DBO (Demanda Biológica de Oxígeno), que es lo que hoy mide la ley para poder volcarlo al suelo. El DBO inicial del efluente porcino es de 15.000 a 20.000 y la ley exige llegar a 100.
“Pero cuando uno baja el DBO a través de este laguneo, también baja la capacidad fertilizante al disminuir nitrógeno y fósforo”, explicó.
“Por eso hoy -salvo en Córdoba, donde trabajamos fuertemente para que la ley deje de medir DBO y pase a medir nitrógeno, algo que se logró por un decreto- la Provincia hizo punta, y hoy al productor cordobés solo se le pide una retención del agua por 120 días, y luego sin medir DBO se lo vuelca a la agricultura.
“Esto baja la inversión del sistema y favorece ese combo ambiental positivo, donde la agricultura se beneficia por el efluente de cerdo, pudiéndose volcar entre 20.000 y 30.000 litros por hectárea, dependiendo del nitrógeno que contenga el efluente”, remarcó.
En tanto, para aquellos productores radicados en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, donde siguen midiendo DBO, el especialista del INTA Marcos Juárez informó que “a esa laguna deberá agregársele una laguna facultativa y otra aeróbica más, para que siga bajando ese DBO a través de una degradación orgánica, y con una retención hidráulica total de 180 a 190 días en las tres lagunas, para que pueda bajar de 20.000 a 15.000 DBO a 100 ó 200, donde ya sea prácticamente agua que se pueda volcar a un canal, o poder incluso reutilizarla para lavar o limpiar el criadero si se clorifica un poco”.
Además, Franco recordó que “el sistema no solo cierra ambientalmente, sino también económicamente, bajando a su vez el costo agrícola de los fertilizantes y la inversión por madre, que hoy es muy elevada”.
En cuanto a las características del biodigestor, Franco detalló que “el sistema hace que en un periodo corto de tiempo de retención, baje rápido la materia orgánica y el DBO, y el líquido resultante pueda utilizarse como biofertilizante en la agricultura, aunque con menor calidad, ya que se degrada el nitrógeno y el fósforo; mientras que la bioenergía puede ser utilizada para el criadero o volcarse a la red eléctrica”.
Sin embargo advirtió que “la materia fecal del cerdo no es muy buena productora de gas, y hay que agregarle fibras y mejor relación carbono-nitrógeno, por lo que la inversión inicial es muy alta”.
Asimismo, el especialista del INTA lamentó que hoy en nuestro país no haya disponibilidad de gran tecnología para que el productor pueda adquirirla en el mercado “a diferencia de Europa donde están muy desarrolladas, ya que hay mucha mayor cantidad de cerdos por km2 y por consiguiente un impacto ambiental superior”.
¿Qué puede hacer el productor que no tenga agricultura?
Realizar la separación de sólidos a través de dos formas posibles, una física y otra química-física. La física se realiza por tornillos que separan sólido de líquido, bajando el DBO y quedando prácticamente agua limpia.
La separación química-física es a través del agregado de coagulantes, y luego, mediante una malla, se separan los sólidos.
Sí, y transportarse y distribuirse más eficientemente, pudiendo ofrecerse como biofertilizante a cualquier productor agrícola.
Por otro lado Verónica Geese, secretaria de Estado de la Energía de la provincia de Santa Fe, informó que ese distrito trabaja en un modelo propio de energías renovables con desarrollo en todo el territorio, basado en las bioenergías, a través de su producción agrícola-ganadera.
“Santa Fe fue la primera provincia que tuvo su ley para promocionar la generación de energía a través de fuentes renovables”, destacó.
Asimismo, la funcionaria de la provincia de Santa Fe afirmó que también se trabaja para conseguir el financiamiento necesario para que los productores puedan llevar a cabo estos proyectos.
“Antes, el principal problema era el desconocimiento, ya que no había herramientas ni profesionales capacitados para poder armar los proyectos, pero ahora ya se pudo formar y capacitar a mucha gente, generando un mercado interno, por lo que solo falta algo fundamental que es el financiamiento, lamentablemente un déficit tan propio de la Argentina en todos los sectores para poder concretar este tipo de proyectos”, señaló.
Más allá de las vicisitudes económicas que actualmente afectan a la producción porcina, en la provincia de Santa Fe hay muchos productores interesados en el tratamiento de sus efluentes.
Por ejemplo uno de los casos es el de Gabriel Kovacevich, productor de la localidad de Chañar Ladeado que agrega valor a través de la fabricación artesanal de chacinados, que fue nota de tapa de este Suplemento Ganadero y Lechero en la pasada edición del 10 de septiembre.
Kovacevich tiene como proyecto reutilizar los efluentes del criadero de cerdos como biofertilizante. “Sería a partir de su distribución en el campo con una estercolera, lo que nos permitiría no solo darle un destino a nuestros efluentes, sino también ahorrar dinero en fertilizantes sintéticos y mejorar la estructura del suelo, logrando incluso con el tiempo mejores rendimientos de cultivos”, comentó en su momento Kovacevich.
“Pero como la maquinaria tiene un alto costo inicial, la idea es contratar el servicio de la estercolera, o bien adquirirla con la seguridad de poder amortizarla mucho más rápido a través de la prestación del servicio a otros vecinos, aunque también existe la posibilidad de fabricar algún implemento casero más económico, cosa que lo estamos analizando”, había considerado el productor chañarense.
En ese sentido, para todos aquellos productores que quieran sumarse a la generación de energías renovables, la secretaria de Estado de la Energía de la provincia de Santa Fe, informó que “volveremos a abrir este Programa, por lo que se pueden inscribir para ser beneficiarios del asesoramiento técnico completo para conocer la factibilidad técnica y económica del proyecto”.
ABC Rural
