Soja: ROSARIO
$250.000 0.08%
Maíz: ROSARIO
$155.000 0.65%
Trigo: ROSARIO
$193.000 0.78%
U
na vez que el cultivo ha llegado al punto de madurez óptimo para su cosecha, se deben tener en cuenta tres ítems principales para obtener un silo de alta calidad:
Veamos a continuación que características de las máquinas picadoras de forraje influyen en cada uno de éstos ítems y el modo en que podemos trabajar sobre los mismos.
Existen en nuestro mercado máquinas picadoras de forraje de arrastre y autopropulsadas. Estas últimas son, mayormente, propiedad de los contratistas. Normalmente son máquinas de gran capacidad de trabajo, pueden cortar hasta 7 u 8 hileras de maíz en cada pasada, procesando a su vez unas 150 a 320 Tn/h dependiendo en primer lugar de la máquina y su estado de conservación así como del alistamiento, y también del estado del cultivo y la superficie del terreno. Una superficie muy irregular obliga a circular a menor velocidad de avance.
Los equipos de arrastre, pueden procesar hasta 70 Tn/h de materia verde de maíz, normalmente en manos de pequeños productores que realizan sus propias tareas.
Más arriba mencionamos dos formas de evaluar la capacidad de trabajo de las máquinas picadoras. Por un lado hablamos de Tn/h de forraje procesado y luego del tiempo requerido para trabajar un determinado lote. La conocida expresión de la capacidad de trabajo en Ha/h.
No es casual que así sea, cuando hablamos de cosecha de forrajes debemos considerar ambas. Esto debido a que la máxima velocidad de avance, está determinada por la capacidad de corte y picado de la máquina y el tamaño de partícula que estamos buscando. Si bien es factible aumentar la velocidad de alimentación del sistema picador, esto va en detrimento del tamaño de partícula obtenido. Todos sabemos que partículas mas grandes dificultan las tareas de confección, compactación y eliminación del aire del silo, generando luego incrementos de temperatura y mayores desperdicios y pérdidas de calidad del alimento animal.
En las picadoras autopropulsadas la oferta de los fabricantes y la preferencia de la demanda se inclinan principalmente al uso de plataformas compuestas por rotores de diferente diámetro. Cada uno de estos rotores está compuesto de cuchillas circulares dentadas. Las cuchillas se encuentran divididas en secciones de modo de facilitar su recambio, del mismo modo que en las barras de corte de las cosechadoras de granos.
Este sistema de corte permite cosechar todo tipo de forraje según se desee (maíz, sorgo, pasturas). La gran ventaja que presenta, y por eso su gran difusión en el mercado, es que no es necesario seguir el sentido de las hileras en cultivos como maíz y sorgo ya que corta todo el material que se le enfrente a su ancho de corte.
Poder trabajar en cualquier sentido disminuye enormemente las pérdidas de tiempo en las cabeceras logrando enfrentar correctamente las hileras. Todos sabemos la influencia que tienen estas pérdidas en la capacidad de trabajo de cualquier máquina. De este modo podemos trabajar mayor número de hectáreas por día y, por lo tanto, terminar mas rápidamente la confección del silo.
Otra ventaja de este tipo de plataformas pasa por poder cosechar cultivos sembrados a distinta separación entre hileras, no es necesario alistar la plataforma o cambiarla como es el caso de las plataformas con puntones, según se haya sembrado a 0.70 ó 0.52 m entre hileras de cultivo.
Por otro lado se evita la circulación de los equipos siempre por el mismo lugar, pudiendo realizar la cosecha en ángulo respecto de las hileras del cultivo. Analizamos en otra nota, “Pisar lo menos posible” los efectos que genera la circulación de equipos. Si ésta repite las huellas año tras año el efecto es más notorio en esas franjas.
Variar la altura de corte del forraje, en cultivos como el maíz, tiene efecto directo sobre la cantidad total de forraje cosechado y en forma inversa sobre la calidad de la ración alterando los porcentajes de tallo, hoja y espiga dentro del silo. No solo por ésto sino también para evitar el ingreso, a la máquina y al silo, de partículas de suelo mezcladas con el forraje, se debe analizar la altura óptima de corte. En muchas máquinas es posible variar dicha altura en un rango aproximado entre 10 y 60 mm.
Los equipos existentes en el mercado, incluso los autopropulsados, permiten con un rápido cambio del cabezal, utilizar la misma máquina con la que se pica un cultivo de maíz o sorgo, para recolección y picado de una pastura previamente hilerada; o bien, para segar y picar en una sola pasada la misma pastura.
La posibilidad de utilizar un equipo para varios fines permite diluir los costos fijos en mayor número de horas de uso, por lo que se reducen los costos operativos y mejora el beneficio económico de cada actividad. Es menor el costo por kg de silo producido.
La disposición de las cuchillas genera diferentes condiciones de corte y diferentes resultados. La disposición horizontal genera cortes más bruscos y demandas de potencia con altibajos, en cambio la disposición oblicua realiza cortes graduales y demandas de energía más uniformes, pero tiene a desplazar el material cortado hacia un lado, en el caso de la figura de abajo (1) hacia el centro. Esta realidad de altibajos se reduce cuando, como en la figura de abajo (2), se colocan cuatro hileras de cuchillas ubicadas en diferente posición, es decir que solo hay una realizando corte en cada instante. Por su parte las cuchillas de menor tamaño (mayor cantidad) permiten un recambio de secciones independientes con menores costos de reparación cuando solo se rompen una o dos.
Electrónica: algunas picadoras autopropulsadas poseen sistemas de monitoreo que brindan información importante como por ejemplo cuenta hectáreas, caudal de forraje en Tn/h, rendimiento en Tn/ha, horas de alimentación y hasta consumo de gasoil por hora y/o por hectárea. Incluso puede incorporarse un kit que indica la calidad alimenticia del material picado.
Piloto automático: para los casos en que se usa la máquina como recolectora de hileras de forraje previamente segado, es muy útil disponer de sensores que dirigen el centro de la máquina al centro de la andana de modo de minimizar las pérdidas de material verde y asimismo lograr una alimentación del sistema picador mas pareja y uniforme.
La tracción en las cuatro ruedas permite trabajar aún en condiciones difíciles de suelo, eliminando las pérdidas de calidad del forraje por esperar a que haya piso para circular.
Autoafilado de cuchillas: La posibilidad de realizar el afilado de las cuchillas sin tener que retirarlas del tambor reduce enormemente las pérdidas de tiempo. En algunos casos hasta se puede realizar desde la cabina mediante un sistema electrónico. Una ventaja adicional se agrega cuando el rotor gira en sentido inverso para el afilado. Esto logra un afilado más preciso y aumenta la vida útil de las cuchillas.
Rodillos partidores de granos (corncraker): son dos rodillos ubicados luego del rotor picador que provocan el quebrado de los granos. De este modo queda más disponible para el animal el almidón que aquellos contienen. Existen rolos específicos para quebrado de maíz y otros diseñados para un mejor comportamiento en sorgo. Cuando se pican pasturas, se pueden retirar a bien aumentar la distancia entre ellos para que no interfieran en el traslado del material hacia el tubo de descarga. En los modelos de New Holland pueden retirarse del tubo de descarga sin retirarlos de la máquina, tarea que no insume mucho tiempo en el alistamiento de la máquina.
Aplicación de aditivos: en muchos casos se recurre a la aplicación de algún aditivo al forraje picado para mejorar las condiciones de fermentación y conservación del silo particularmente en aquellos forrajes con bajos contenidos de carbohidratos solubles. La picadora autopropulsada Jaguar de Claas presenta la posibilidad de aplicar un aditivo al forraje ya picado a la altura del impulsor con una serie de toberas colocadas a tal fin y un tanque de producto en la misma máquina; y con la posibilidad de variar la dosis según se desee.
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