as uvas forman parte de la cultura mediterránea desde hace miles de años, se consumen desde la prehistoria, y los griegos y los romanos les rindieron culto a través de sus respectivos dioses vinícolas, Dionisos y Baco. Pero, más allá de ser el ingrediente fundamental del vino, las uvas son nutritivas y saludables.
Lo que hace de la uva una fruta tan singular es que se trata de una baya y, como tal, es rica en fitonutrientes. Las uvas negras son ricas en antocianinas y resveratrol, mientras que en las blancas destaca la quercitina. Las propiedades beneficiosas y el alto valor nutritivo de estas sustancias está más que demostrado.
Las uvas son ricas en antioxidantes, su índice glucémico no es alto, sino medio; son ricas en fibra en hidratos de carbono (17%) de rápida asimilación; contienen vitamina C y entre sus minerales destacan el potasio, el cobre y el hierro, aunque también calcio, fósforo, magnesio, manganeso, azufre y selenio.
Hay quien no las consume por creer que son muy calóricas, pero 100 gramos de uvas nos aportan unas 70 calorías. Además, el aporte calórico de la uva queda compensado por su capacidad depurativa. Contienen más de un 80% de agua que ayuda a aligerar el organismo, y su calcio (15 mg/100 g) y otros elementos alcalinos estimulan el hígado (órgano que equilibra la acidez de la sangre y la limpia). Sus fitoquímicos ayudan al equilibrio glucémico de la sangre, porque estimulan el páncreas y la producción de insulina. Por todo ello, la OMS recomienda su consumo habitual.
Las uvas crudas son deliciosas y versátiles, se prestan a formar parte de macedonias, mueslis, tartas y todo tipo de dulces. Pero también las podemos incorporar en recetas saladas para conseguir un toque agridulce.
En cuanto a su valor nutricional la uva, dentro de las frutas, contiene un valor medio de azúcares que van desde los 11,3g /100g de fruta siendo la uva blanca la de más baja concentración hasta 21,3g/100g de la uva borgoña, el resto de variedades nombradas oscilan entre los 16,7 y 18,1 g/100.
La Vanguardia