a firma Hongos Del Valle se transforma: del cultivo y la venta de hongos comestibles a materiales biodegradables para la construcción.
El emprendimiento salteño de Ayelén Malgraf comienza a dar sus frutos. Esta bióloga inició su proyecto en 2001 con la comercialización boca a boca de hongos comestibles, como gírgolas y shiitakes. “A partir de 2016, la iniciativa encontró un veta más comercial con la venta a restaurantes, verdulerías y cocina de hoteles”, explica la emprendedora. A esto se suma la apuesta a la capacitación a través de talleres sobre micología y cultivo orientados a estudiantes. “De esa manera, voy generando más clientes”, agrega Malgraf.
Lo que llevó a Hongos Del Valle a recibir premios y reconocimientos del ecosistema emprendedor fue el descubrimiento de un material que reemplaza al polietileno, más conocido como telgopor. “Encontré en el micelio del hongo un reemplazo. Durante el cultivo entre el micelio (actúa como aglutinante) y el sustrato se forman bloques, una estructura compacta”, explica la bióloga.
El micelio del hongo es rígido, ignífugo, compostable y biodegradable, y actualmente está siendo sometido a pruebas de resistencia y validándose con potenciales clientes.
Malgraf inició sus propios ensayos para la creación de bioempaques. La marca planea el lanzamiento del producto mientras trabaja en otras aplicaciones, como macetas y ladrillos ecológicos para la construcción. “Empecé a contactar a empresas de electrónica y electrodomésticos que quieran diferenciarse de sus competidores ofreciendo un packaging amigable con el medioambiente”, destaca la emprendedora.
Al encontrarse pocos cultivadores, los hongos en general son catalogados como productos caros. En este sentido, la marca espera aumentar la producción para, de esta manera, poder bajar los costos y llegar a precios accesibles.
Con la mirada puesta en ese objetivo, Hongos del Valle concretó la compra de máquinas de automatización del proceso de pasteurización y siembra. “Esto nos va a permitir aumentar la producción y escalar en el negocio. Con esta maquinaria esperamos alcanzar los 500 kilogramos mensuales, cantidad necesaria para comercializar a otras provincias del país”, concluyó Malgraf.