l maíz continúa siendo el gran protagonista de las últimas campañas. Con una cosecha que oscila en las 50 millones de toneladas, para los especialistas es clave continuar perfeccionando su manejo técnico preservando todo el potencial de sus rindes.
En este sentido, para asegurar el éxito de los resultados en cada región, resulta fundamental el alineamiento del híbrido y del manejo. “Es muy distinto pensar el manejo para un productor de la zona núcleo que para otro de Salta, por eso nosotros desarrollamos distintos híbridos que se adaptan a cada zona”, explica Federico Larrosa, gerente de Marca y Producto del Semillero KWS.
Mientras en zonas como Dorrego se trabaja con distribuciones de 20.000 a 30.000 plantas por hectárea, en otras regiones se utilizan planteos de 75.000 semillas por hectárea. “Según el lote, debe variar el híbrido y el espacio entre surcos”, aclaran los especialistas.
Desde los encuentros DAR (Demostrativas Agronómicas Regionales), KWS trabaja en el desarrollo de una estrategia de manejo enfocada en las características de cada región –sur, oeste, centro sur, núcleo, litoral y norte–. Para lograr la eficacia, el objetivo del semillero es conseguir la aplicación de distintos programas de mejoramiento de semillas por estabilidad de rendimiento (limitante hídrico) y sanidad.
Además, se prioriza diferenciar si el cultivo tiene destino de grano o silo. “El objetivo es aplicar en cada zona una solución a medida y sin recetas copiadas de otras regiones”, concluyen desde KWS.