Dos desarrollos para el agro con patente cordobesa

na se denomina técnicamente “Plataforma de cabezal flexible de lona o draper con doble hileradora y dispositivo de acople”. La otra: “Vehículo de motor de bandas múltiples articulado para uso con diferentes tipos de herramientas en el campo agrícola”.

¿Qué son?

 Dos innovaciones que nacieron en Córdoba y fueron las primeras patentes otorgadas por el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (Inpi), en el marco del Programa de Examen Prioritario de Patentes (PEP), que permite acelerar el proceso para poder patentar un desarrollo en la Argentina.

“Normalmente, una patente podía demorar de cuatro a seis años. En estos casos, terminaron saliendo en un año y medio. Se habían presentado ante el Inpi a principios de 2018 y luego de que se lanzó el PEP, presentamos en agosto seis solicitudes para esta revisión prioritaria y logramos que salieran las primeras dos a fin de año”, explicó Carlos Romero Victorica, abogado del estudio Barreiro Romero Victorica (BRV) que llevó adelante todas las presentaciones administrativas de estos casos.

Cabezal adaptable

La primera de las patentes otorgadas corresponde a la firma Piersanti, oriunda de Noetinger. Hace unos años, fue la primera empresa de Argentina que desarrolló cabezales con sistema draper y adaptables a cualquier cosechadora, para la recolección de soja. Esa fue su primera patente. Ahora, el nuevo implemento, según comentaron las directoras de la empresa Valeria y Luciana Piersanti, incorpora la capacidad de hilerar y es ideal para optimizar la cosecha de cultivos intensivos, como poroto o garbanzo.

En la práctica, lo que permite el sistema es cortar las plantas al ras del piso y depositarlas en el suelo, formando hileras, para que luego recolectar los granos. Esto es clave, por ejemplo, para cultivos que se producen de manera orgánica –sin fitosanitarios–, lo que significa que tienen que secarse de manera natural.

En principio, las principales empresas interesadas en este desarrollo son las que producen poroto en Salta, pero también es una innovación con la que Piersanti aspira a expandirse en Brasil.

“Estamos trabajando junto a Industrias Colombo, una firma bastante grande de ese país que se dedica a cultivos como poroto, café y maní. Ya les hemos exportado algunos equipos de manera puntual, que han probado en diferentes zonas, y ahora estamos en la segunda etapa para consolidar la expansión”, señalaron.

Tesis industrial

La otra innovación que recibió su patente oficial es producto de una tesis elaborada por dos alumnos de Diseño Industrial de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN): Raúl Suffich y Sergio Solowey.

Se llama “Máquina Integral de Trabajo Agrícola” (Mita) y consiste en un vehículo multipropósito que se construye con componentes modulares, pensado para pequeños y medianos productores, tanto extensivos como intensivos.

La ventaja que tiene este equipo es que puede configurarse y mutar a otro diferente, de manera de intervenir en todas las etapas del cultivo, realizando distintas tareas de manera eficiente. Es decir, puede pasar de ser una sembradora a una pulverizadora dependiendo de lo que requiera cada lote.

La máquina tiene transmisión 4x4 y 100 por ciento eléctrica, con tracción en las cuatro ruedas con cuatro motores de flujo axial montados sobre orugas (para evitar la compactación de suelos) que generan una fuerza de tracción de 100 caballos de fuerza, y son alimentados por un generador continuo impulsado por un motor de combustión interna que utiliza biocombustibles, libre de baterías.

Es una maquinaria desarrollada para trabajar en extensiones no mayores a 100 hectáreas, lo cual le permite realizar operaciones de manera controlada, como el desarrollo de agricultura de precisión, o cultivos que requieran mayor cuidado (frutales y hortalizas, por ejemplo).

Diario La Voz