ablo Damiani, Rocío Severino y Facundo Alecha, oriundos de la localidad pampeana de Toay, iniciaron unos meses antes de la cuarentena un negocio que, aunque tenía cierta demanda, no había logrado el nivel que alcanzó durante el aislamiento por el coronavirus.
Apoyados en las redes sociales y el e-commerce, hicieron que Citricos Pampa, un emprendimiento de venta de plantas de cítricos, pudiera facturar casi seis millones de pesos entre abril y octubre de 2020.
Todo comenzó cuando Damiani y Severino decidieron enriquecer el jardín de su casa y, para cubrir los gastos que tuvieron, compraron y vendieron estas plantas. Allí vieron un nicho de mercado y decidieron apostar al negocio.
Hoy por hoy, ya tienen más de 40 puntos de venta en las provincias de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Mendoza y Buenos Aires. Y por más increíble que parezca, su mejor mes de ventas fue en agosto, en plena cuarentena obligatoria, con una facturación de $1.700.000. Los fundadores aseguran que la pandemia fue el puntapié para que los consumidores minoristas invirtieran en este tipo de plantas, ya sea para adornos o como árboles frutales en los jardines.
El invernadero pampeano cuenta con 4.500 plantas que tienen el cuidado adecuado para sobrevivir a las heladas del invierno y al intenso verano.