Diseño del Paisaje / Tecnologías de Sustratos

Cultivo organopónico, una idea ganadora

La organoponía es de gran utilidad para cultivar hortalizas, frutales, ornamentales y plantas medicinales, entre otras plantas

Cultivo organopónico, una idea ganadora
E

n un momento histórico mundial en que el sector agropecuario necesita todas las tecnologías disponibles para incrementar la disponibilidad de alimentos para la población nacional, se dan éxitos en este aspecto.

La idea “Cultivo organopónico, alternativa agroecológica para la seguridad alimentaria en Panamá”, ganó la primera edición de Ideatón Panamá con el tema “Fortaleciendo la Seguridad Alimentaria de Panamá”, una actividad organizada por la Agencia Nacional para la  Promoción de Exportaciones y la Atracción de Inversiones (PROPANAMÁ), destinada a apoyar el sector agropecuario y exportador panameño ante la realidad de la pandemia de COVID-19.

La idea ganadora fue planteada por el Dr. Anovel Barba, exitoso investigador del Idiap (Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá), miembro activo del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Panamá (Cinap) y destacado profesor del Centro Regional Universitario de Azuero de la Universidad de Panamá, quien previamente se había destacado realizando investigaciones con la plaga Thrips palmi Karny en cucurbitáceas, proyectos participativos de hidroponía en Panamá, entre otros diversos aportes al sector agropecuario panameño.

La organoponía es considerada una antigua técnica de la agricultura orgánica, que se deriva de la hidroponía y en atención a la localización donde se aplica la técnica puede ser conocida como semihidroponía o geoponía, concentrándose sobre todo en huertos con una tierra o sustrato poco fértil, a nivel de huertos, jardines y patios.

Los cultivos organopónicos son definidos como una técnica para producción de alimentos, basada en el establecimiento de sustratos orgánicos, delimitados por guarderas o colocados en contenedores tipo canteros, instalados en espacios libres, donde el suelo resulta improductivo por diferentes razones.

La organoponía es de gran utilidad para cultivar hortalizas, frutales, ornamentales y plantas medicinales, entre otras plantas.

Pero sobre todo puede ser realizada de manera sostenida a bajo costo sin dependencia de agroquímicos, que son condiciones esenciales para que la actividad pueda ser rentable en territorio panameño.

El módulo organóponico básicamente incluye la construcción de un cajón de madera, bloques de cemento o láminas de diversos materiales que puede utilizar dimensiones de 1.2 metros de ancho, 10 metros de largo y 40 centímetros de alto, pero pueden variar en atención al espacio del que la persona disponga, técnicamente reemplaza los surcos convencionales.

Los módulos se llenan con la mezcla del suelo, tierra negra, además del potencial de utilizar gran diversidad de material orgánico que incluye sustratos sólidos, hojarasca, desechos vegetales, entre otras fuentes que se transforman en soporte y fuente de nutrientes para las plantas, considerando aspectos del riego y drenaje del módulo.

La organoponía es utilizada y promocionada en países de Latinoamérica como Costa Rica, Argentina, México, entre otros, pero es Cuba el país que lidera la organoponía, con instituciones tales como el Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (INIFAT), entre otros, que integran técnicas de organoponía, hidroponía, agroecología y agricultura urbana con un fuerte componente de investigación, proyectos de desarrollo alimentario y promoción (Donde la actividad supera las 10 000 hectáreas anualmente con rendimientos de más de 10 kg/m2/año, según datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)), principalmente en zonas urbanas, pero igualmente rurales, integrando cooperativas dentro de las comunidades para que los ciudadanos produzcan alimentos frescos orgánicos.

De igual manera pueden ser implementados en las escuelas en la enseñanza agroecológica con las mesas organopónicas, integrando la agricultura orgánica y huertos intensivos, para cultivos tales como tomate, pepino, ajo, cebolla, brócoli, espinaca, zanahoria, entre otros.

Por estas razones desde hace años los investigadores consideran que la organoponía es una experiencia pedagógica que construye relaciones y conocimiento, integrando el equilibrio de los ecosistemas dentro de una actividad agrícola sostenible.

Diversos manuales, artículos, documentales y material didáctico están disponibles sobre la temática, incluyendo aspectos técnicos respecto a los sustratos, huertos intensivos, organoponía semiprotegida, sanidad vegetal, abonos orgánicos, riego y drenaje, entre otros aspectos básicos relacionados con la organoponía.

Su implementación puede promover un sinnúmero de beneficios, incluyendo la creación de huertos orgánicos urbanos permitiendo el uso de desechos orgánicos de bajo costo, produciendo vegetales frescos que ofrecen diversos nutrientes que van desde vitaminas, minerales, carbohidratos, entre otros, para mejorar la calidad de vida de familias y estudiantes, contribuyendo de una manera ecológica, ambiental y educativa a la producción de alimentos para la seguridad alimentaria de la población en Panamá.

Esta gran idea deber ser promovida y multiplicada en Panamá, es un gran aporte, considerando que tecnologías como esta son herramientas de apoyo al sector exportador y productor, pero además otorgan la oportunidad a más panameños de obtener alimentos frescos de manera sostenible.

 

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