Una clara señal de la existencia de retraso cambiario en una economía, se da cuando sus productos exportables terminan siendo más caros en destino que aquellos que coloca la competencia de terceros países en ese mismo mercado.
La fruticultura argentina está sintiendo con fuerza este fenómeno. Cada vez que los costos internos de la actividad crecen en dólares los mismos no pueden ser trasladados a las góndolas de los destinos externos. ¿Qué es lo que les queda como alternativa? El mercado interno, donde los mayores costos pueden ser absorbidos -en parte- por el consumidor que demanda una calidad definida de manzana.
El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que presentó la evolución de precios del mes pasado, da cuenta de que el valor de la manzana al consumidor se ubicó -en promedio- en los 2.051 pesos por kilo, cotización un 2,5% superior a la del mes de abril. Esta variación porcentual volvió a estar por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Tal como se observa en la gráfica adjunta, mayo es el tercer mes consecutivo que el índice de precios de la manzana se ubica por debajo del IPC. Sin embargo como aliciente hay que señalar que en esta temporada mejoró la relación cuando se la compara con el mismo período del año pasado.
Pero si bien los precios crecieron tan solo 2,5% durante mayo, y por debajo de los niveles del IPC, el dólar oficial creció en este mismo período tan solo el 1,5%; por lo tanto el precio de la manzana medido en moneda dura, destinada al mercado interno, registró un incremento del 1% para terminar cotizando el equivalente a 2,21 dólares por kilos en las góndolas de los comercios de la Ciudad Autónoma de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) y Gran Buenos Aires (GBA).
Lo que ocurre en el mercado interno es solo una señal de un problema mucho más grave que tienen las empresas frutícolas con sus productos en el exterior. Los costos en dólares siguen creciendo a niveles de la inflación y esto hace inviable la actividad exportadora.
Sin embargo, pareciera que lo peor está por venir. Las primeros estudios dados a conocer por consultoras privadas, analizando la evolución de precios en estas dos primeras semanas de junio, dan cuenta de que la inflación pareciera que encontró su piso en tornos al 4% mensual y hasta algunas firmas no destacan que podría haber un rebote, que la ubicaría en este mes más cerca del 5%.
De sostenerse este escenario, la fruticultura argentina profundizaría sus problemas de competitividad, ya que desde el Gobierno anunciaron que la devaluación de la paridad oficial se mantendrá al 2% mensual, sin alteraciones hasta fin de año.
El modelo de Javier Milei continúa, como en los últimos años, ajustando por el tipo de cambio lo que define una política económica con un importante sesgo anti exportador. Estamos a tiempo para rever esta situación que está asfixiando a la mayor parte de las economías regionales.
La manzana, única suba
Los datos suministrados por el INDEC dan cuenta que, de la canasta de frutas que toma para su análisis, la manzana es la única que pudo quedar con un signo positivo en sus precios durante mayo.
Tal como lo detalla el gráfico adjunto, en el resto de las fruta se observó un importante desplome de precios. Para el caso de los cítricos, el tema de la estacionalidad fue clave en esta baja.
LMNeuquen