Por Agroempresario.com
El problema del jabalí se ha intensificado significativamente en muchos sectores agropecuarios, particularmente en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, como en el partido de Pehuajó. Según Lucas Fernández Long, presidente de la Sociedad Rural local, el incremento de jabalíes en la última década ha generado grandes pérdidas en los cultivos de maíz, donde estos animales establecen dormideros nocturnos que destruyen las plantas, complicando la producción agrícola de manera continua.
Además del daño directo a los cultivos, la dificultad para controlar esta especie radica en su adaptabilidad y ausencia de depredadores naturales en la región. Fernández Long subraya que cazar jabalíes requiere armas de gran calibre, lo cual representa riesgos adicionales para la seguridad debido al alcance de las balas de los fusiles utilizados.
El problema se agrava con la presencia creciente de otras especies como los pumas y carpinchos, que también impactan negativamente en la actividad agropecuaria y la seguridad vial. Los pumas predan terneros, mientras que los carpinchos pueden causar accidentes automovilísticos al encandilarse con las luces de los vehículos durante la noche.
A nivel económico, los jabalíes y otros animales silvestres representan una carga significativa para la industria agropecuaria argentina, con pérdidas estimadas en millones de dólares anuales. Además, la presencia de jabalíes supone un riesgo para la sanidad animal, al ser vectores de enfermedades como la peste porcina africana y la fiebre aftosa, aunque Argentina se mantiene libre de la primera.
En resumen, la coexistencia con estas especies invasoras plantea desafíos complejos para los productores agropecuarios, quienes deben adaptar sus prácticas y buscar soluciones innovadoras para mitigar los impactos económicos y ambientales de estos animales en el ecosistema local.