Por Agroempresario.com
La temporada de incendios en Argentina, que tradicionalmente comienza en los meses de agosto y septiembre, se adelantó este año debido a las condiciones climáticas extremas. Según especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), las altas temperaturas y la escasa humedad, combinadas con la acumulación de vegetación seca, han incrementado significativamente el riesgo de incendios forestales y rurales en varias provincias del país.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), el índice de peligro de incendios varía entre "muy alto" y "extremo" en gran parte del territorio argentino, especialmente en el norte y centro del país. Provincias como Corrientes, Santa Fe, Chaco, Formosa y Santiago del Estero, que poseen vastas áreas de bosques nativos y pastizales secos, se encuentran entre las más afectadas.
Para reducir el riesgo de incendios, INTA recomienda una serie de prácticas preventivas que pueden implementarse a nivel local, regional y nacional. La gestión integral del fuego, que incluye la limpieza de picadas, el mantenimiento de cortafuegos y el pastoreo rotativo, es fundamental para disminuir la cantidad de material combustible disponible en áreas vulnerables.
"Es esencial reducir la acumulación de vegetación seca y mantener los caminos rurales libres de obstáculos para facilitar el acceso a brigadas de emergencia", asegura Nicolás Mari, investigador de INTA. También destacó la importancia de las quemas prescriptas, que deben realizarse con cautela y siguiendo la normativa provincial para evitar el descontrol de incendios.
El monitoreo satelital se ha convertido en una herramienta indispensable para la detección temprana de focos de incendio. Gracias a los sistemas provistos por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), es posible identificar focos de calor en tiempo real, lo que permite una rápida respuesta antes de que el fuego se propague.
Además, es crucial que los productores monitoreen constantemente sus tierras, especialmente durante los meses más secos. Tener fuentes de agua estratégicamente ubicadas también es vital para hacer frente a los incendios en caso de que surjan.
En el momento en que un incendio se desata, una respuesta rápida es crucial para minimizar los daños. La coordinación entre Bomberos Voluntarios, Defensa Civil y Brigadas Forestales, junto con recursos locales, es fundamental para contener los focos. Las autoridades recomiendan que las comunidades rurales cuenten con planes de emergencia que incluyan rutas de evacuación y protocolos de acción.
Finalmente, el seguimiento continuo de los pronósticos climáticos y las alertas del SMN y el SNMF puede ayudar a los productores a prepararse mejor para las condiciones críticas de la temporada.