Nuestro país es uno de los mayores productores de ciruela y durante esta época lo podemos notar en el Mercado Central. Al comenzar la temporada de carozo, no sólo se llenan de duraznos los pabellones de venta mayorista, sino que también comienza a incrementar el volumen de ingresos de ciruelas de diferentes variedades. Al momento, llega principalmente de Mendoza y San Juan. En los próximos días, se estima que la oferta incremente en los próximos días con producción de Buenos Aires y en enero de Río Negro y Neuquén. Completan la oferta ingresos de España. El promedio anual de ingresos al Mercado Central supera las 7 mil toneladas, con auge de volumen a fines de febrero. Entre las variedades de ciruela, se destacan en la venta las clásicas Larry Ann, caracterizadas por su cáscara morada y su interior jugoso y amarillento. También la Reina Claudia, dulce de color totalmente amarillo, muy poco visto en el mercado. Y la Black Beaut, que es de una cáscara oscura y de interior carnoso y amarillo. El juego que aportan las ciruelas entre lo dulce y lo ácido es lo que las caracteriza y fascina a quienes las consumen. Las rojas son muchísimo más dulces que las amarillas y las violáceas oscuras son las ideales para cocinar. Las llamadas “gotas de miel” no son ácidas, y son muy suaves al paladar. El dulzor en la pulpa y la acidez en su cáscara y el carozo, son la mezcla de sabores que más se busca en materia culinaria. Por este tono ácido es que los dulces y mermeladas son de los mejores y nunca resultan empalagosos. Este producto es la maravilla del verano para jugos, dulces, conservas y tartas.
Mercado Central de Bs As.