Por Agroempresario.com
En el marco de la Tercera Temporada del Ciclo Audiovisual “Comunicándonos en Agroempresario.com”, recibimos a Juan Lariguet, Presidente de Corteva Agriscience Cono Sur, en una entrevista exclusiva con Fernando Vilella, Director de Desarrollo Estratégico y Contenidos de Agroempresario.com. Durante el dialogo Lariguet reflexionó sobre las oportunidades y desafíos del sector agropecuario en Argentina, enfatizando que el país tiene las herramientas necesarias para consolidarse como un actor clave en la producción mundial de alimentos y energía renovable.
"Estamos convencidos de que el futuro del agro está en la innovación", afirmó Lariguet. Para el ejecutivo, este enfoque abarca desde la biotecnología hasta el desarrollo de nuevos sistemas de manejo de cultivos, y subrayó que la sostenibilidad y la eficiencia son pilares fundamentales para enfrentar los desafíos globales.
Lariguet destacó que Argentina es uno de los países más importantes para Corteva a nivel global. Como una de las diez principales potencias agroindustriales del mundo, el país cuenta con ventajas únicas en términos de suelo, clima y resiliencia de sus productores. Sin embargo, según el líder de Corteva, existe una brecha considerable entre el rendimiento potencial de los cultivos y lo que actualmente se logra en los campos.
"Nuestro objetivo es ayudar a los productores a cerrar esa brecha mediante soluciones tecnológicas y genéticas que aumenten la rentabilidad de manera sustentable", explicó. En este sentido, destacó el impacto de programas como Siembra Evolución, que ha permitido a más de 15.000 productores acceder a las últimas innovaciones biotecnológicas, incluyendo genética avanzada para soja y maíz.
El maíz se presenta como uno de los cultivos más destacados para Argentina, no solo por su alta productividad, sino también por su adaptabilidad a zonas alejadas de los puertos. En las últimas dos décadas, el país duplicó la superficie sembrada de maíz y aumentó el rendimiento en promedio dos toneladas por hectárea.
"El maíz es un cultivo noble y estable que aporta estabilidad a los sistemas productivos", afirmó Lariguet. No obstante, subrayó la necesidad de transformar más del grano exportado para agregar valor dentro del país. "Mientras que Brasil transforma la mayor parte de su producción, Argentina exporta el 70% de su maíz como grano. Esa es una oportunidad que no podemos dejar pasar", añadió.
Lariguet también destacó el impacto ambiental positivo del maíz, una planta C4 altamente eficiente en el uso de recursos y con una huella de carbono baja, lo que la convierte en un cultivo estratégico en términos de sustentabilidad.
Por otro lado, la soja, el principal cultivo en extensión del país, enfrenta un desafío significativo en términos de productividad. Según Lariguet, mientras que países como Brasil y Estados Unidos han logrado incrementos significativos en rendimiento por hectárea gracias a la adopción de tecnologías avanzadas, Argentina ha mostrado un estancamiento en las últimas décadas.
"Argentina tiene un potencial inmenso para aumentar el rendimiento de la soja, pero necesitamos un marco normativo que fomente la innovación y proteja la propiedad intelectual", subrayó. Lariguet explicó que iniciativas como Siembra Evolución han permitido atraer inversiones de los principales bancos de genética del mundo, lo que promete revertir esta tendencia en los próximos años.
En línea con su visión de innovación, Lariguet enfatizó el papel de la biotecnología y los productos biológicos en la agricultura moderna. Un ejemplo destacado es el desarrollo de Utrisha, una bacteria que fija nitrógeno del ambiente y que ya se ha aplicado en más de 100.000 hectáreas en cultivos como maíz y papa.
"Este tipo de soluciones no solo aumentan los rendimientos, sino que también contribuyen a la sostenibilidad, reduciendo la necesidad de fertilizantes sintéticos", explicó. Según Lariguet, el futuro de la agricultura pasa por la combinación de genética avanzada, biotecnología y prácticas sostenibles que permitan aumentar la productividad en la misma superficie cultivable.
Para Lariguet, Argentina tiene una oportunidad histórica para consolidarse como un jugador clave en el mercado global de alimentos y energía renovable. "El mundo demanda mayor cantidad y calidad de alimentos, y Argentina tiene todas las condiciones para liderar esa transformación", afirmó.
En este contexto, subrayó la importancia de fortalecer las relaciones entre productores, la comunidad técnica y los consumidores. "La innovación no es solo una cuestión de tecnología; también es una cuestión de colaboración. Esto lo construimos entre todos", enfatizó.
Lariguet también destacó el potencial de Argentina en el desarrollo de biocombustibles para la aviación, un mercado en crecimiento impulsado por la transición energética global. "Hace poco anunciamos un acuerdo con British Petroleum para trabajar en cultivos alternativos destinados a este sector. La demanda es real y Argentina puede ser un actor fundamental en esta transformación", comentó.
Lariguet se mostró optimista sobre el futuro del sector agropecuario en Argentina. Según el presidente de Corteva, el camino hacia un agro más productivo y sostenible está claro: innovación, tecnología y colaboración.
"Estamos convencidos de que con las herramientas adecuadas, Argentina puede alcanzar su verdadero potencial como líder agroindustrial a nivel mundial. El futuro del agro está en la innovación, y Argentina tiene todo para liderar esa revolución", concluyó.