Por Agroempresario.com
En una entrevista publicada por La Nación, Jorge Capalbi, de 41 años, cuenta cómo pasó de cumplir una condena en el penal de Sierra Chica a liderar un negocio gastronómico exitoso que no solo le permitió cambiar su vida, sino también brindar oportunidades a quienes enfrentan dificultades similares.
Jorge recuerda que, mientras estaba preso, solo pensaba en la muerte. Pero al recuperar su libertad, decidió que su historia tomaría un rumbo diferente. “Cuando salí de la cárcel, decidí emprender porque no tenía otra opción. Busqué trabajo, pero es muy difícil que alguien te dé una oportunidad”, explicó Capalbi, en declaraciones tomadas del artículo de La Nación.
Con el apoyo de su esposa Melina y tras enfrentar numerosas puertas cerradas, abrieron un pequeño local en el barrio de Cildañez, al sur de la ciudad de Buenos Aires. En tan solo ocho meses, lograron vender 70.000 sándwiches de milanesa. Este esfuerzo inicial fue el cimiento de lo que hoy es "Don Capalbi", un negocio que vende unas 12.000 hamburguesas al mes.
El proyecto de Capalbi no se limita al éxito económico. Desde el comienzo, su misión fue dar oportunidades a quienes, como él, enfrentaron el desafío de reinsertarse en la sociedad. Actualmente, emplea a 25 personas, muchas de ellas con antecedentes penales o provenientes de entornos de vulnerabilidad social.
“Muchos de los que conocí en la cárcel volvieron a delinquir porque no encontraron oportunidades laborales. Nosotros tratamos de mostrarles que el trabajo puede ser un camino para salir adelante”, señaló Capalbi en la entrevista original.
Además, su compromiso trasciende las fronteras del negocio. Todos los martes, junto con su equipo, prepara y distribuye viandas de comida para personas en situación de calle. Este gesto, asegura, le permite devolver algo a quienes lo ayudaron en su camino de transformación.
Con el negocio en pleno crecimiento, Capalbi ya está trabajando en planes para abrir una segunda sucursal y habilitar un espacio en su local actual donde los clientes puedan disfrutar de sus hamburguesas. Sin embargo, su mayor anhelo es adquirir una camioneta para ampliar su alcance solidario y, algún día, construir viviendas para personas sin hogar.
“Robar nunca me dio nada bueno, solo tristeza y separación de mi familia. Hoy, ayudar a otros me da una satisfacción enorme”, concluyó Jorge en la entrevista publicada por La Nación. Su historia es un recordatorio de que las segundas oportunidades, acompañadas de esfuerzo y empatía, pueden transformar vidas.
Para disfrutar de las hamburguesas de Don Capalbi, se pueden hacer pedidos al 11 5573-1372 o visitar su cuenta de Instagram (@doncapalbiburguerschef). El local está ubicado en Av. Olivera 1586, Parque Avellaneda.