Por Agroempresario.com
La Casa G, un emblema de la arquitectura sustentable en Argentina, sigue demostrando que es posible vivir de manera ecológica sin comprometer el confort. Ubicada en el Club de Campo Las Cañuelas, esta vivienda fue diseñada bajo principios de eficiencia energética y respeto por el medio ambiente, con el fin de ofrecer una alternativa innovadora en el sector de la construcción. Inaugurada en 2013, la casa fue la primera en ganar los Premios Verdes, considerados los "Oscar" de la sostenibilidad en la región.
El proyecto, impulsado por Charly Karamanian, experto en sustentabilidad, ha sido un referente para arquitectos y diseñadores. Su nombre, Casa G, proviene de las iniciales de tres conceptos claves: Green (verde), Gaia (la diosa de la Tierra en la mitología griega) y Galileo (en honor al célebre científico). Según Karamanian, estos términos representan su conexión con la naturaleza y el compromiso con un modelo de vida más respetuoso con el planeta.
En su diseño, la Casa G utiliza una combinación de técnicas y tecnologías que buscan reducir el impacto ambiental en cada etapa del proceso. Desde la construcción hasta su funcionamiento diario, cada decisión está pensada para minimizar el uso de recursos no renovables y optimizar el consumo de energía.
Una de las características más destacadas es su sistema de climatización pasiva, que aprovecha las condiciones climáticas locales para mantener la temperatura interior sin necesidad de consumir energía externa. Además, la vivienda utiliza energías renovables, como los colectores solares, que permiten un ahorro energético superior al 85% anual.
Otro aspecto fundamental es el manejo del agua. La Casa G no solo cuenta con un sistema de filtrado y osmosis inversa para purificar el agua potable, sino que también colecta aguas pluviales, almacenándolas en tanques subterráneos para su reutilización en riego y otros usos no potables.
A lo largo de estos años, la Casa G ha sido un espacio de inspiración para diversas iniciativas en el ámbito de la sostenibilidad. Karamanian menciona cómo la casa lo inspiró a desarrollar proyectos internacionales, incluyendo soluciones para la NASA y una innovadora propuesta para la construcción de un paseo costero sostenible en Bali, basado en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
El impacto de este proyecto va más allá de la arquitectura; su éxito ha demostrado que las viviendas del futuro pueden ser tanto funcionales como respetuosas con el medio ambiente, ofreciendo un modelo a seguir para las nuevas generaciones de constructores y propietarios conscientes del cambio climático.
En este contexto, la Casa G continúa siendo un referente de lo que es posible lograr cuando se combinan la innovación tecnológica con el compromiso ambiental. Sin duda, un ejemplo a seguir en el camino hacia un futuro más sostenible.