Por Agroempresario.com
El sector porcino argentino continúa consolidándose como un actor relevante en la matriz productiva nacional. En los últimos doce años, el consumo per cápita de carne porcina se ha duplicado, alcanzando los 17 kg por habitante en 2024, frente a los 8,6 kg registrados en 2012. Este crecimiento sostenido refleja un cambio en las preferencias del consumidor, aunque el camino para los productores no ha sido sencillo.
Los primeros meses de 2024 resultaron críticos para la actividad, con más de 30% de los porcicultores abandonando la producción, según el consultor Juan Uccelli. “El primer trimestre fue pésimo, el peor desde 2020. Sin embargo, el segundo semestre mostró una leve recuperación en los márgenes brutos”, señaló el especialista.
El contraste entre los precios del capón y la inflación es otro desafío para los productores. Durante el año, los precios subieron un 27%, significativamente por debajo de la inflación. Mario Aguilar, productor de Córdoba, destaca que, aunque el precio del capón ha crecido, la carne de cerdo sigue siendo una opción económica frente a otros alimentos, lo que podría beneficiar al sector en un contexto de bolsillos ajustados.
A pesar de las dificultades, la producción porcina alcanzó cifras récord. Entre enero y octubre de 2024 se produjeron 655.000 toneladas de carne porcina, un 3,1% más que en 2023, con proyecciones que podrían superar las 785.000 toneladas al cierre del año. Este crecimiento ininterrumpido durante catorce años consecutivos posiciona a Argentina como un mercado pujante en la región.
Sin embargo, las exportaciones, que representan solo el 2% de la producción total, siguen siendo una asignatura pendiente. China, anteriormente el principal destino de la carne porcina argentina, ha reducido sus compras en un 75% desde 2020. En su lugar, países como Costa de Marfil y Uruguay han tomado protagonismo como clientes, aunque a menor escala.
Uccelli advierte sobre las complicaciones derivadas del tipo de cambio actual: “Estamos caros en dólares, lo cual limita nuestra competitividad en el mercado internacional”. A esto se suma la amenaza de mayores importaciones de productos porcinos debido a la paridad cambiaria.
Frente a este escenario, la sustentabilidad emerge como un factor clave para el crecimiento del sector. La Bolsa de Comercio de Rosario subraya la importancia del Programa Argentino de Carbono Neutro (PACN), que busca minimizar las emisiones de carbono en los procesos productivos. Estas prácticas podrían mejorar la reputación del producto argentino en mercados internacionales, donde los consumidores valoran cada vez más la sostenibilidad.
El sector porcino argentino avanza con fuerza, pero enfrenta retos estructurales en precios, exportaciones y competitividad. A medida que el mercado interno crece y la producción se mantiene en alza, será clave apostar por la innovación y la apertura de nuevos mercados para consolidar su lugar en el ámbito global.