Sin embargo, en Argentina, esta tecnología enfrenta barreras que obstaculizan su despliegue. En una entrevista con Emiliano Huergo, director de BioEconomía.info, Juan Córdoba, gerente de Bioeléctrica S.A., comparte su visión sobre los logros de la empresa, los desafíos pendientes y el inmenso potencial del biogás y el biometano en el país.
JC: Desafiante. El año comenzó marcado por la incertidumbre debido al cambio de gobierno. Las inversiones en esta industria necesitan certezas, y no siempre fue fácil obtenerlas. Sin embargo, hacia el final del año, hubo una recuperación de acceso al crédito, lo que nos permitió consolidar proyectos en marcha y avanzar en otros nuevos. Por ejemplo, estamos trabajando en el cierre financiero de contratos del RenMDI y desarrollando un proyecto piloto de biometano en Río Cuarto, que podría ser un punto de inflexión para esta tecnología en el país.
NR: El RenMDI fue una convocatoria para proyectos de energías renovables lanzada por la Secretaría de Energía en 2023, que adjudicó 98 proyectos en 19 provincias por un total de 620 MW.
JC: En Bioeléctrica operamos una planta de generación de energía con biogás de 6,8 MW en Río Cuarto que entrega toda su energía a CAMMESA. Además, desarrollamos proyectos para terceros. Hemos concretado proyectos en diversas provincias, algunos ya operativos, y tenemos nuevos proyectos en nuestro plan en Córdoba, San Juan, Salta, Misiones, Rosario, Buenos Aires y Chubut. También estamos trabajando en un piloto de biometano en nuestra planta de Río Cuarto, que busca demostrar el potencial de esta tecnología para ser una solución escalable en el país.
JC: Las materias primas de nuestros proyectos son residuos industriales y pecuarios. El aporte es variado pero, pero en todos es todos es un mix. Y lo industrial viene del agro. O sea, todos utilizan materias primas 100% agroindustriales (biomasa).
JC: El potencial es enorme. Los contratos con CAMMESA son sólidos y estoy convencido de que CAMESA va a bregar con esos contratos. La realidad es que generan muchas externalidades positivas. No obstante, no esperamos nuevas licitaciones, por lo que el futuro estará más enfocado en proyectos de biometano y en sistemas de autoconsumo eléctrico o microrredes. Y muy distribuido. Hay regiones enteras donde el acceso a la energía es limitado, y el biogás puede ser una solución local y sostenible. Además, tiene una ventaja clave: es energía de base, gestionable al 100%, a diferencia de la solar o eólica que dependen de factores externos.
EH: A partir del año que viene, los usuarios con potencias mayores de 300 kW tendrán que utilizar un 25% de energía proveniente de fuentes renovables. ¿Ves una oportunidad para el biogás o biometano
JC: Veo oportunidades para el biogás en la electricidad de baja escala en ese sentido. Pero… ¿Qué ha sucedido hasta ahora? Quienes tienen que cumplir con cierta cuota de energía se vuelcan a la energía solar o eólico. Tiene lógica por una cuestión de precios. Pero el biogás lo que tiene es energía de base. Y la energía de base también hace falta.
EH: Uno escucha muchas veces que una empresa ha firmado un contrato con un parque eólico o solar para abastecerse 100% de energía renovable. Pero en realidad, esto no es tan cierto. Hay momentos donde el parque no genera y la empresa que le compra energía sigue funcionando. ¿Creés que con estos esquemas se discrimina al biogás o al biometano?
JC: Es evidente que es un tema de precios por como esta pensada la compensación de la energía. Creo que tendría que pensarse en un mix de fuentes. Los grandes jugadores se enamoran de los proyectos grandes. Y los proyectos de biogás nunca van a ser grandes. Siempre van a ser pequeños y distribuidos, generando energía donde se necesita: donde hay industrias aisladas… donde hay gente. Esto genera importantes ahorros en costos en infraestructura de redes y mejora la calidad del suministro. Y además, esa energía, es energía de origen. Todas esas cuestiones, más las externalidades positivas que tiene el biogás en la gestión ambiental, hay que ponerlas en valor. Quizás nos falta desde el sector tener más estas conversaciones. Asumimos que tenemos este tema entre los pendientes.
EH: Volviendo al biometano. En los últimos años han aparecido tractores a biometano. Ya hay fabricantes en el país de camiones que pueden funcionar este combustible ¿Crees que puede llegar a crearse una especie de logística agroindustrial a biometano?
JC: El biometano tiene un precio competitivo frente al gasoil. Lo interesante es que el gas es el combustible de la transición energética. Ya lo es y en Argentina aún más por la cantidad que tenemos. Entonces no hay una competencia entre gas y biometano. Hay un complemento. Y en este complemento podemos empezar a pensar en el biometano como un blend con el gas natural. Entonces quizás podemos empezar a ver mucho transporte mudándose al gas natural y que una parte, aunque sea pequeña, de este gas provenga del biometano. Entonces va a tener ahorros económicos, significativos. Y ahorros en términos de económicos y de menor huella de carbono en el transporte. Hay compañías que están pensando en esto. Y a donde vamos como país con este nuevo gobierno, es el sector privado el que debe traccionar esto.
JC: Exacto. Queremos generar biometano en Río Cuarto e inyectarlo en la red para que compañías en otras regiones lo utilicen. Sería un esquema tipo swap, donde se certifica la cantidad inyectada y consumida. Este modelo ya está habilitado por Enargas y contemplado en la ley base. Lo necesitamos para traccionar inversiones, pero no solo para nosotros, para muchas otras compañías. Puede ser un gran impulsor para el sector.
JC: Es una asignatura pendiente. En Brasil, el programa RenovaBio ha marcado la diferencia, pero en Argentina nos falta un esquema claro. Todo lo que hoy podés certificar, después ese bono te cuesta mucho poder comercializarlo. Esto podría ser un adicional más para el desarrollo del biogás y el biometano.
La visión de Juan Córdoba es clara: el biogás y el biometano tienen el potencial de transformar la matriz energética del país. Sin embargo, es necesario superar las barreras actuales, desde incentivos adecuados hasta una valoración más justa de sus beneficios. En Bioeléctrica, trabajan para demostrar que estas tecnologías no solo son viables, sino esenciales para un futuro energético sostenible y descentralizado.
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