Un equipo del INTA Valle Inferior -Río Negro- trabaja con un módulo de acuaponía combinado que integra la producción de peces (carpa común) y vegetales (variedad de ajo Morado INTA), con el objetivo de brindar una alternativa de producción adaptable a diferentes ambientes.
La acuaponía es una verdadera alternativa de economía circular, contribuye a la soberanía alimentaria, y atiende diferentes demandas familiares, tanto urbanas como rurales. La actividad integra la producción de peces y vegetales que, actualmente, la mayoría de las experiencias en producción se realizan con cultivos de verduras de hoja y tilapia. Un equipo del INTA Valle Inferior -Río Negro- comenzó a trabajar con un módulo de acuaponía para dar una alternativa de producción adaptable a estos ambientes.
La experiencia se desarrolló en un sistema combinado de acuaponía, dentro de un invernadero de vidrio que se encuentra en la Estación Experimental Valle Inferior del Río Negro y la variedad de ajo (Allium sativum) observada fue Morado INTA. Los peces utilizados fueron 19 ejemplares de carpa común (Cyprinus carpio), de diferentes tallas, especie invasora capturadas en el río Negro.
Aldo Alarcón -técnico del INTA Valle Inferior- explicó que “de esta manera, se ofrece la posibilidad de incorporar una nueva hortaliza a este sistema. Teniendo en cuenta la zona dónde se desarrolle la actividad podrá utilizarse como base del sistema carpa, si es en la zona de los valles del Río Negro, o Truchas si los sistemas se instalan en el interior de la provincia de Río Negro, aprovechando así un recurso exótico presente en el lugar”.
Los resultados obtenidos fueron favorables. El ajo representa una alternativa de cultivo muy interesante, tanto por el valor unitario de las “cabezas” como por su conservación, ya que brinda la posibilidad de una comercialización pausada o fraccionada, sin la necesidad de vender de manera urgente lo cosechado como suele suceder con otras hortalizas como lechugas o tomates.
A través de la utilización de la variedad Morado INTA, se demostró que el cultivo de ajo puede ser considerado una alternativa en estos sistemas, no solo por complementar la oferta de hortalizas en la alimentación familiar, sino también por tratarse de un producto con excelentes condiciones comerciales, básicamente buena conservación y generalmente buen precio unitario de cabezas.
“Con esta especie hortícola, nueva en el sistema acuapónico, como el ajo, se pudo observar un pleno crecimiento y desarrollo de las plantas llegando a cumplir todo su ciclo de cultivo. Los resultados de la cosecha de los bulbos alientan a seguir trabajando con la misma para ser incluida entre las especies factibles de realizar en sistemas simples de acuaponía”, destacó Alarcón.
Asimismo, “la utilización de la especie carpa común como soporte nutricional del cultivo, significó un acierto, y acompañó todas las etapas del crecimiento de las plantas, tanto por la simplicidad y seguridad en la recría, como así también por la facilidad y costo del alimento, incluyendo la posibilidad del consumo de carne de pescado”, agregó el técnico.
La Carpa común es un pez de agua dulce con una extraordinaria capacidad de adaptación a las diferentes condiciones del ambiente acuático. Tiene presencia en todos los espejos de agua dulce (ríos, lagunas, canales, etc), esta condición de especie invasora ha hecho que se la considere una verdadera amenaza para los ecosistemas naturales de las especies autóctonas como el Pejerrey del Río Negro.
Silvana Guerrero -técnica de INTA Valle Inferior- señaló que “debido a su proliferación y hábitos de alimentación, irrumpió en los ambientes acuáticos produciendo disturbios en el sustrato vegetal del fondo poco profundo, el cual sirve de alimento, refugio y sostén de las ovas de otras especies autóctonas. Esta situación puede ser mirada negativamente o puede tener otra mirada, la de considerarlas como un recurso más y comenzar a delinear su aprovechamiento”.
En este sentido, se observa que la utilidad de la carpa común en sistemas de acuaponía, puede ser no solamente como suministradores de nutrientes para las plantas del sistema, sino también como un recurso alimenticio, favoreciendo el consumo de carne de pescado.
“Con el objetivo de demostrar el aprovechamiento de la carpa común, como fuente de proteínas y complemento en la alimentación humana y desmitificando su mala reputación social y potenciando las cualidades de su carne, es que se decide comenzar a visualizar su aprovechamiento en la confección de diferentes preparaciones culinarias”, aclaró Guerrero.
En agosto de 2023 se realizó la faena de carpas provenientes del módulo demostrativo que se encuentra instalado en la Estación Experimental Agropecuaria Valle Inferior del INTA. En este contexto se determinó el rinde en sus diferentes componentes y la provisión de los ejemplares para la confección de distintas preparaciones.
Guerrero indicó: “Como conclusión podemos decir que, si bien la carpa común fue introducida en los diferentes espejos de agua dulce a lo largo y ancho del país, su presencia cobró una relevancia tan significativa en estos ambientes que difícilmente se consiga erradicarla. Pero podemos actuar al respecto comenzando a mirar la especie como un recurso aprovechable”.
Con la acuaponía se demostró que el uso de la carpa en estos sistemas puede significar una alternativa de aprovechamiento. Asimismo, que con la utilización de estos peces se pueden confeccionar recetas muy apetecibles en base a la carne de carpa provenientes de sistemas productivos eficientes y saludables.