Sergio Bergman: "Los Objetivos de Desarrollo Sustentable como nueva mirada para el crecimiento de la Argentina"

En el marco de la Mega Exposición de Ideas organizada por Diario Agroempresario en el Hotel Sheraton, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Sergio Bergman, presentó “Los objetivos del Desarrollo Sustentable como nueva mirada para el crecimiento de la Argentina”.

Considerando el instalado paradigma del desarrollo económico de la mano del crecimiento industrial, el lugar brindado a la sustentabilidad fue, históricamente, muy pequeño o incluso nulo. Siempre se creyó que el desarrollo y la sustentabilidad no podían ir de la mano. No obstante, con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, incentivados por la ONU, se inició un planteo en el cual dos conceptos, otrora contrapuestos, se pudieran integrar. “Tuvimos que llegar no solo por el desarrollo sino por la esencia del ser humano que solamente puede recapacitar cuando cruza un límite”, comenzó Bergman haciendo alusión al contexto actual de cambio climático. “Nos damos cuenta que estamos frente al límite, por calentamiento global, cambio de clima, por el agotamiento de los recursos naturales; nosotros siempre lo tomamos con la soberbia de la autosuficiencia como si fuéramos dueños absolutos”, describió el ministro y explicó que sobre ese límite se deben reconsiderar los vectores de la producción y de la economía. En ese marco, la Argentina tiene una oportunidad de crecimiento “no solo como exportadora de commodities, que es la materia prima, sino como supermercado del  mundo que genera agregado de valor y genera empleo y trabajo local”.  

Bajo ese nuevo concepto y paradigma es donde deben establecerse acuerdos globales que integren el desarrollo y la sustentabilidad, para crear una “nueva realidad regulada no por nuestras buenas intenciones sino por la economía”, en palabras del ministro. “Hasta que el mercado no establezca las reglas del juego por las cuales nada sea rentable si no es sustentable, esta intención va a ser solamente buena voluntad, es decir, un aspiracional”, explicó Bergman.

Por mucho tiempo se han polarizado dos lados considerados contrapuestos: la bandera verde y la bandera del desarrollo; y, según el ministro, probamos mantener ese sistema, pero falló. Hoy, el eje está en encontrar la forma de “integrar el desarrollo sustentable para que genere empleo, capacidad de progreso, bienestar y respeto y cuidado por el medio ambiente”, lo cual no significa dejar de degradar, sino de “restituir, sanar y curar”. “No alcanza con decir ‘no lo destruyamos’, tenemos un pasivo ambiental que no se resuelve con parar sino con la proactividad de volver a agregar valor a lo que no le dimos”, explicó Bergman. La respuesta está en volver a hacer los números e incluir en el costo de la producción la externalización del impacto.

En la producción agropecuaria, “la falta de rutas, puertos, logística operativa, no solo eleva los costos, que son inauditos en Argentina, sino que generan innecesario calentamiento global por consumir combustible al transportar por largas extensiones cuando deberíamos tener otra tecnología más responsable por el medio ambiente”, subrayó el ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

Para resolver esta situación, el Gobierno Nacional se planteó objetivos de desarrollo sustentable con “vectores que priorizan las iniciativas del Presidente Macri”, señaló Bergman; y explicó que se instaló como política de Estado la existencia de un Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable a nivel nacional que funciona transversalmente e interviene con otros ministerios. Ejemplo de ello es el trabajo que realiza junto a Agroindustria “razonando juntos en las sinergias de Buenas Prácticas para hacer un desarrollo sustentable”. Bergman remarcó la necesidad de anticipar las buenas prácticas y pedir certificaciones y habilitaciones: “Argentina tiene una gran oportunidad en este enorme desafío que venimos transitando”.

Asimismo, destacó la decisión de los argentinos por cambiar; señaló que el cambio no significa hacer mejor lo que estaba antes, sino “no hablar más de lo que se hacía mal”. “Todavía no hemos logrado transmitirles a los argentinos el entusiasmo que tiene el mundo por Argentina, que la ven como un potencial subdesarrollado pero su población no asume ese subdesarrollo como pasivo”, subrayó.

Finalmente, el ministro hizo hincapié en la relación intrínseca entre el desarrollo sustentable y los Derechos Humanos: “En un país como el nuestro, que tenemos un tercio de nuestros hermanos que no tiene acceso a lo mínimo de lo digno, no podremos hablar de sustentabilidad hasta que no aseguremos que todos los argentinos, con los recursos que nosotros tenemos, con las capacidades que hemos demostrado, con la prosperidad que sí se ve en lo privado, nosotros no hayamos podido a través de lo público, darle a los argentinos, no a todos lo mismo, pero sí a cada uno lo mínimo de lo digno”.

“Nosotros no podemos esperar el futuro, lo tenemos que hacer hoy. No tenemos un ambiente sano ni equilibrado porque nosotros no somos sanos ni equilibrados”, reflexionó Bergman. “Tenemos que volver a un eje de responsabilidades, de solidaridad, de justicia social; establecer esa armonía que no tenemos dentro de nosotros ni entre nosotros”.

Para el nuevo modelo de negocios planteado desde la sustentabilidad en el desarrollo, “ya no tenemos que hablar de quién gana y quién pierde”, porque todos ganamos. A modo de ejemplo, el ministro introdujo el estudio realizado por la ONU el cual demuestra que los países que invierten en ambiente y desarrollo sustentable tienen un impacto positivo en el PBI, ya que genera un mayor desarrollo y crecimiento económico y “mayor responsabilidad por el planeta que es la casa común de todos”.

“Es cierto que tenemos un derecho a un ambiente sano y equilibrado, pero también tenemos un deber que es preservarlo para las futuras generaciones. El futuro y la sustentabilidad tienen que ver con la viabilidad de la calidad de vida de todos”, concluyó Bergman.