Por Agroempresario.com
A partir del 23 de diciembre, este tributo dejó de aplicarse, lo que podría traducirse en una baja de precios a partir de enero. Sin embargo, las variables económicas y decisiones empresariales podrían moderar el beneficio esperado por los consumidores.
El impuesto PAIS afectaba directamente a los autos importados y a las autopartes utilizadas en la producción nacional. Durante los primeros ocho meses de 2024, el gravamen alcanzó un 17,5%, disminuyendo al 7,5% en septiembre. Este impuesto se aplicaba en dos momentos: un anticipo del 95% al recibir la mercadería y el 5% restante al realizar el pago al exterior.
Con la eliminación de este tributo, marcas como Toyota, Ford y Stellantis (Peugeot, Fiat y Jeep) ya ajustaron sus precios a la baja en diciembre. Otras, como General Motors, Volkswagen y Renault, optaron por mantener sus precios estables.
El impacto de la eliminación del impuesto no es uniforme. En los autos nacionales, podría representar entre el 40% y 70% del precio, dependiendo de la proporción de partes locales utilizadas. Por otro lado, en los vehículos importados, la reducción del impuesto no se traduce automáticamente en una baja del 7,5% debido a factores como la inflación mensual y la microdevaluación del peso argentino (crawling peg), estimada en un 2% mensual.
La eliminación del impuesto PAIS coincide con la reducción de los plazos de pago al exterior, establecidos ahora en 30 días. Este cambio, implementado por el Gobierno desde noviembre, permite a las automotrices operar con menores costos financieros, lo que podría beneficiar indirectamente a los consumidores.
Sin embargo, no todas las marcas planean bajar precios en enero. Algunas justifican esta decisión en que absorbieron los costos de inflación y devaluación en diciembre, mientras que otras evalúan reducir precios para impulsar las ventas, que se proyectan como las más altas para un enero desde 2018, con cerca de 62,000 unidades.
La eliminación del impuesto PAIS es una medida positiva para la industria automotriz, pero su impacto final dependerá de la estrategia de precios de cada empresa y del contexto macroeconómico. Para los usuarios, el beneficio puede no ser exclusivamente una baja en los precios, sino también la posibilidad de adquirir un vehículo modelo 2025 al mismo precio que uno de diciembre de 2024.
Las expectativas están puestas en cómo reaccionará el mercado ante esta nueva coyuntura y en cómo las automotrices equilibrarán las oportunidades de venta con los costos asociados a la producción y comercialización en un contexto económico aún desafiante.