Por Agroempresario.com
El índice Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, registró en noviembre de 2024 su mayor nivel desde el inicio de la medición en 2018. Con un puntaje de 149, el indicador experimentó un aumento del 13% respecto a septiembre y del 27% en comparación con noviembre de 2023, reflejando un optimismo sin precedentes en el sector agropecuario.
Este crecimiento en la confianza se refleja tanto en el Índice de Condiciones Presentes (14%) como en el de Expectativas Futuras (13%). Factores como las recientes lluvias que mejoraron las perspectivas de rendimiento agrícola y las reformas económicas impulsadas por la gestión de Javier Milei han sido clave para este avance.
El presidente Javier Milei mantiene un fuerte respaldo entre los productores agropecuarios. Un 60% de los encuestados considera que ha cumplido con las expectativas del sector, destacando la reducción de la inflación, las tasas de interés y el impulso de reformas estructurales. Sin embargo, persisten críticas, especialmente por la continuidad de los derechos de exportación y un tipo de cambio poco competitivo frente a la inflación.
“El campo argentino recibe un 32% menos por su soja en comparación con productores de Brasil y Estados Unidos, lo que afecta significativamente su competitividad”, explicó Carlos Steiger, director del estudio.
A pesar de los desafíos, las expectativas de inversión también alcanzaron niveles destacados. Un 56% de los productores planea invertir en activos fijos durante los próximos 12 meses, un aumento respecto al 47% registrado en septiembre. Esta cifra marca el segundo mayor valor histórico, después del registrado en marzo de 2022.
En el sector ganadero, crece el interés por aumentar el stock de vientres, pese a las dificultades derivadas de precios por debajo de la inflación y la debilidad del consumo interno.
A nivel global, el 57% de los productores cree que la política comercial de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, podría beneficiar al agro argentino, especialmente por el conflicto entre Estados Unidos y China que favorece a la soja del Mercosur. Sin embargo, un 43% teme los efectos de un dólar fortalecido, que podría perjudicar la competitividad y los precios internacionales.
“La paradoja del sector es clara: la confianza alcanza su punto más alto, mientras que la rentabilidad, especialmente en campos arrendados, está en mínimos históricos”, concluyó Steiger.
Con un escenario económico en transformación, el sector agropecuario se posiciona como un actor clave en la dinámica nacional, enfrentando retos estructurales con miras a un futuro más competitivo.