Por Agroempresario.com
En el corazón de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Club del Progreso se ha consolidado como un restaurante icónico, que tras décadas de historia sigue sorprendiendo a locales y turistas con su propuesta de tenedor libre. Con un ambiente que respira tradición y nostalgia, este establecimiento ha sabido reinventarse, manteniendo la esencia de épocas pasadas mientras ofrece una experiencia gastronómica única.
Ubicado en un edificio histórico que perteneció a la familia Duhau, una figura central en la historia política argentina, el Club del Progreso es mucho más que un restaurante: es un lugar cargado de historia. Su arquitectura, con detalles que remiten a épocas doradas, transporta a los comensales a un pasado lleno de significado, pero lo que realmente lo ha convertido en un destino obligado es su impresionante oferta gastronómica.
El tenedor libre del Club del Progreso ha ganado notoriedad no solo por su generosa propuesta, sino también por la calidad y la variedad de los platos que ofrece. Los cortes de carne, como el vacío y el asado banderita, son los más solicitados y, como todo en este lugar, se sirven en abundancia, invitando a los comensales a disfrutar sin apuros. Sin embargo, uno de los platos más sorprendentes es la tortilla rellena con milanesa y coronada con huevos fritos, una creación única que ha conquistado a quienes se atreven a probarla.
Además, el restaurante no olvida el toque dulce que cierra una comida perfecta. La variedad de postres es otro de sus puntos fuertes, dejando a los comensales con una sonrisa al final de su visita. La popularidad del lugar ha trascendido los límites del salón, y en las redes sociales, las imágenes de mesas rebosantes de comida se han vuelto virales, haciendo que miles de seguidores sueñen con vivir esta experiencia.
El Club del Progreso abre sus puertas todos los días de 08:00 a 00:00 en la calle Sarmiento 1334, esquina Talcahuano. Un lugar en el que la tradición, la historia y la gastronomía se fusionan para ofrecer una experiencia única en el corazón porteño.