Por Agroempresario.com
E duardo Elsztain, uno de los empresarios más importantes de Argentina, ha dado un paso significativo en su incursión en el sector minero con la adquisición de una participación mayoritaria en la minera australiana Challenger Gold (CEL), gracias a una inversión estratégica de u$ 6,6 millones. Con esta operación, Elsztain se convierte en el mayor accionista de la compañía con un 12,7% de las acciones y, además, se prepara para asumir la presidencia no ejecutiva del consejo de administración.
La transacción, que también implica un acuerdo de procesamiento por peaje con Casposo Argentina, propiedad de Elsztain, tiene como objetivo revitalizar el proyecto minero Hualilán, ubicado en San Juan. La inversión inicial de u$s 2 millones garantizará el procesamiento de 150.000 toneladas anuales de material proveniente de Hualilán, con un compromiso por tres años y una capacidad total de 450.000 toneladas. La planta de procesamiento de Casposo, en Calingasta, ya cuenta con la aprobación ambiental para ser reactivada, lo que abre el camino a una nueva etapa para la minería argentina.
Elsztain no solo inyecta capital en la minera australiana, sino que también toma el control estratégico de la empresa, incorporando a su círculo cercano a figuras clave como Saul Zang, quien será nombrado director no ejecutivo de CEL. Este nombramiento subraya la importancia de la operación, que no solo está dirigida a asegurar el procesamiento de oro, sino también a fortalecer la presencia del empresario en la minería argentina y en los mercados internacionales.
La operación se produce en un momento clave para el mercado del oro, que ha experimentado un incremento en sus precios, superando los 2.500 dólares por onza. Elsztain busca aprovechar este contexto favorable para generar un flujo de caja anticipado que impulse la construcción de un proyecto independiente: el Hualilán Gold.
Con esta jugada, el empresario reafirma su poderío en sectores clave de la economía argentina, consolidando su influencia en una industria minera estratégica y potencialmente lucrativa. A su vez, refuerza el perfil de Argentina como productor de oro en un mercado global que sigue mostrando fuertes señales de demanda.